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lunes, 9 de mayo de 2011

Prensa 9 mayo

Cerca de 400.000 parados nunca han trabajado


Mucho se ha hablado en la última semana de la escandalosa cifra de parados publicada por la EPA (4,92 millones, 4,26 de ellos inscritos en las oficinas de empleo). Detrás del abultado dato se esconden infinidad de dramas. Uno de los menos comentados es el elevado número de ciudadanos registrados en el paro y que nunca antes han trabajado (o, si lo han hecho, no han cotizado a la Seguridad Social).

Más concretamente, se trata de 391.000 individuos, esto es, el 9,15% de los parados inscritos en el Servicio Público de Empleo Estatal. La cifra, que duplica a la registrada en 2007, marca un nuevo récord, otro más a incluir en el historial del convaleciente mercado laboral español.

La fotografía que ofrece este dato, explicado en parte por el hecho de que la cifra de parados araña ya los cinco millones, es reveladora de la situación del empleo en España. La tasa de paro juvenil, una de las principales lacras del país, supera el 43,2%. Si a ello le sumamos lo extendidos que están los contratos de prácticas y las becas, que normalmente no comportan cotizaciones a la Seguridad Social, los casi 400.000 desempleados sin carrera de cotización no se antojan como demasiados. El Gobierno ha intentado corregir en cierto modo este fenómeno con la reforma de las pensiones, que reconocerá como cotizados los años que pasen los empleados como becarios remunerados.

Más allá de los parados que no han trabajado antes, los variados datos del Inem ofrecen gran variedad de pinceladas para comprender de manera más detallada lo acuciante de la situación. Así, por ejemplo, los demandantes de empleo que ya estaban contratados en el momento de registrar su solicitud fueron 988.000 hasta marzo de este año. Es decir, que casi un millón de personas de los 18 millones que conforman la población ocupada está oficialmente buscando otro puesto de trabajo. Hay que matizar, no obstante, que en dicha cifra se incluyen también aquellos que hayan buscado empleo durante marzo, incluso aunque hayan acabado el mes en un puesto diferente al que tenían al empezarlo.

Trabajo pendiente

Otro dato significativo: el Inem contabiliza hasta 5,81 millones de demandas de empleo, incluyendo las efectivas y las que están pendientes. El dato, que también supone un récord, es muy llamativo. Descontando las 988.000 peticiones cursadas por trabajadores en activo, la cifra continúa siendo muy alta: 4,82 millones, una cifra muy superior a los 4,26 millones de parados registrados. La congestión del sistema, pues, parece más que evidente.



Por qué no salimos a trabajar fuera


El apego familiar, el rechazo a la movilidad, los idiomas o las carencias formativas son los principales motivos de que los españoles nos hayamos convertido en los europeos menos dispuestos a salir al extranjero en busca de empleo. Los que se deciden a probar fortuna lo hacen obligados por las circunstancias económicas y siempre esperan volver a España en un futuro próximo.

Spain is different. Este dicho, acuñado en tiempos en los que los toros, el sol y la paella convertían a España en un destino exótico, sigue de actualidad. No sólo porque aspectos culturales como el humor, los horarios de las comidas y de trabajo nos hagan distintos al resto de europeos, sino también porque nuestro fuerte arraigo familiar y la falta de movilidad laboral nos convierte en una rara avis para nuestros vecinos.

A los españoles nos cuesta movernos, "tanto fuera de nuestras fronteras, en comparación con el resto de Europa, como en el ámbito nacional", asegura Marta López-Tappero, responsable del departamento de movilidad internacional de Adecco. Y eso que en este último año la población española residente en el extranjero ha aumentado ¬un 8,2%, hasta los 1,7 millones de personas. Una cifra que, sin embargo, dista bastante de los casi cinco millones de parados que engordan las listas de los servicios públicos de empleo, según la última Encuesta de Población Activa (EPA).

La crisis "ha obligado a muchos plantearse salir al extranjero", indica Marie Anne Reynell, coordinadora de prácticas internacionales de la Fundación Empresa Universidad de Navarra. En 2008, fueron 36.000 los nacionales que salieron fuera a trabajar, mientras que en 2010 esta cifra aumentó en un 64%. Y es que, "posiblemente en otras circunstancias, los que se han ido hubieran preferido quedarse en casa, que es mucho más cómodo y seguro", apunta Reynell.

La barrera idiomática, la herencia histórica cultural, la falta de información sobre cursos o trabajos en el extranjero, los escasos beneficios sociales que se dedican a los expatriados, o el apego a la familia, son algunos de los motivos que esgrimen los expertos para explicar por qué a los españoles nos cuesta más que al resto desarrollar nuestra carrera profesional en otro país.

Cierto es que la crisis ha empujado a muchos a mirar otros horizontes en busca de una oportunidad laboral, pero, según un sondeo realizado por Trabajando.es y Universia, del 91% que dice estar planteándose lanzarse a buscar Eldorado fuera de nuestras fronteras, un 40% cree que hay carestía de ofertas internacionales; un 24% se excusa en el idioma para no emigrar a un paraíso laboral más fértil y un 22% dice necesitar dinero para poder trasladarse fuera de sus fronteras.

Los expertos coinciden en que cualquier excusa es buena en una sociedad "tan enraizada" como la española. En otros países, el arraigo es "muchísimo menor", indica Elisa Martínez de Miguel, socia de Neumann International, quien añade que "en las universidades extranjeras, la visión de desarrollo de carrera es mucho más global. La calidad de vida es menor y la raíces familiares son casi inexistentes. Es gente mucho más de empresa".

El problema idiomático también es un obstáculo importante. "Los españoles son grandes comunicadores, y si no dominan el idioma y la cultura que les rodea, pueden llegar a sentirse inhibidos", señala Marie Anne Reynell.

Esta brecha con los idiomas suele ser consecuencia de una formación excesivamente teórica y con profundas fisuras, amén de una falta de costumbre de convivencia con otras culturas. Estas lagunas académicas no impiden, sin embargo, que cada vez sean más los jóvenes convencidos de que es necesario forjar su experiencia laboral en el extranjero. Para Elisa Martínez de Miguel, "hay mucha gente joven que sólo acepta un trabajo si se le manda fuera, porque les interesa adquirir un bagaje internacional". Este cambio de tendencia encuentra respuesta en la grave crisis económica que ha obligado a los recién licenciados a mirar más allá de nuestras fronteras para abrirse las puertas que, en muchos ámbitos, se les están cerrando en España. No en vano, el paro juvenil alcanza ya una tasa del 43%, la mayor de Europa.

Perfil del emigrante

La emigración laboral no es exclusiva de los menores de 25 años. Los mayores de 30 años también se están planteando salir a buscar 'fortuna' fuera, pero "somos poco móviles", recuerda Carlos Lozano, director del Global MBA de EOI. Ataduras ligadas a la edad, como la hipoteca y los hijos y "las peores condiciones para los expatriados", recuerda Carlos Recarte, socio de Neumann International, se convierten en trabas difíciles de salvar. "Antes, los directivos que se iban veían doblado su salario, mientras que ahora se van por el mismo sueldo y con no tantos beneficios", explica Recarte.

El perfil del emigrante laboral ha evolucionado. En la década de 1960, cuando España vivió un importante éxodo de mano de obra, el idioma y la formación no eran requisitos indispensables. Se buscaba un perfil bajo. "Ahora se necesita gente cualificada", indica Josep Soler, director general del IEF. La globalización y la disparidad del ciclo económico no sólo están obligando a los trabajadores a mirar más allá de su código postal, también están invitando a que la gente tome conciencia de que una oportunidad laboral en el extranjero es más que eso, "supone vivir la experiencia de estar en otro lugar, de vivir lejos de lo conocido e involucrarse con una cultura diferente", señala el estudio de Trabajando.es en colaboración con Universia. Y con unos meses en el extranjero no basta para adquirir esa mundología. Por ello "el 56% de los españoles que dicen querer trabajar fuera de sus fronteras esperan que la duración de este experimento laboral sea de más de un año". Aunque hay una mayoría interesada en emigrar a otro país en busca de un trabajo mejor remunerado y más estable o de una experiencia que le sirva para el futuro, "cuando se emigra, en el 99% de los casos se hace pensando en volver", señala Soler. Después, "si se instalan en el país de acogida, lo más probable es que no regresen", indica el director general del IEF. "Los mejores no volverán", un hecho que "hace mucho daño a España" pero a lo que, sin embargo, "no se le está poniendo remedio", afirma Soler.

La salida de jóvenes cualificados, recién licenciados o directivos curtidos en firmas internacionales supone un problema para España cuando éstos se van y no regresan. La fuga de talento entraña grandes problemas para las empresas que se pueden llegar a encontrar con huecos generacionales que no saben cómo cubrir.

Para evitar que este problema se agrave, tanto las instituciones como el Estado, según los expertos consultados, deberían plantearse reformas estructurales profundas tanto en educación como en el mercado laboral. Según Sylvia Taudien, directora general de DcorporateCom, "en el ámbito macroeconómico, hay que crear un modelo educativo más dual orientado al mundo de la empresa e, incluso, repetir fórmulas que han funcionado en otros países".

Josep Soler también apunta a una reforma importante del mercado laboral como vía para intentar solucionar el problema que arrastra España, "favoreciendo los contratos parciales y flexibilizando la contratación, entre otras medidas".

Esta renovación que proponen los expertos para evitar que el talento no huya de nuestras fronteras para siempre, también tiene que empezar por el individuo. Taudien cree que los jóvenes españoles deberían "apostar por su formación e intentar reunir experiencia profesional en sus épocas de asueto para que el mercado laboral no les resulte tan extraño tras terminar su carrera".

"La internacionalización de las empresas españolas”, indica Gonzalo Barbadillo, director del área de Human Capital de Deloitte, "también facilita el movimiento del talento español" y, además, se convierte en garantía para que los mejores vuelvan. Hoy muchas compañías deciden mover a sus empleados entre sus distintas filiales para que éstos adquieran una experiencia internacional necesaria.

En cualquier caso, y según Carlos Lozano, "lo más importante ante esta situación debe ser lograr un cambio cultural. Técnicamente hay gente muy preparada y exitosa en España, lo que indica que contamos con las habilidades y los conocimientos necesarios para desarrollar la carrera profesional en el extranjero". Lozano recuerda que ahora "nos toca vivir otra época en la que no nos podemos permitir el lujo de caer en el conformismo".



La Caixa dice que la economía española no creará empleo hasta 2012


La Caixa estima que la reactivación de la economía española se mantuvo "pausada" en los tres primeros meses del año, con un progreso "muy paulatino" ante un consumo interno "limitado", por lo que espera que después del verano se vuelva a destruir empleo y aplaza de este modo la creación neta de puestos de trabajo hasta mediados de 2012, justo un año más tarde de lo que espera el Gobierno.

En su informe mensual de mayo sobre coyuntura española, la entidad presidida por Isidro Fainé considera que la escalada del paro, el repunte de la inflación, que alcanzó el 3,8% en el indicador adelantado de abril, y la decisión del BCE de adelantar la subida de los tipos de interés al 1,25% "presionan" el consumo que, junto al recorte del gasto público, hará que "muy probablemente" la contribución de la demanda interna sobre el crecimiento sea "negativa" para este ejercicio.

El informe garantiza que la recuperación parece estar "bien encarrilada", sobre todo gracias al comportamiento de las exportaciones. "Los datos del sector exterior están siendo mejores que lo esperado", explica la caja catalana.



Agredir a un jefe tras un insulto no es causa para el despido


Un tribunal cree que amenazar al jefe con “machacarle”, sujetándole de la camisa, no es tan grave como para despedir. La Sala atenúa la conducta del trabajador porque el empresario le insultó previamente.

El Tribunal de Justicia de Asturias cree que ofender verbal y físicamente al jefe, llamándole hijo de puta, amenazándole con machacarle, matarle y enterrarle, mientras se le sujeta de la camisa, no justifica el despido.

La Sala considera que la sanción es “totalmente desproporcionada” ya que la conducta del trabajador se produjo por la previa provocación de su superior que le faltó al respeto llamándole “tonto y gilipollas”.

Una vez más, los jueces ponen en entredicho el poder de dirección del empresario al minusvalorar conductas como la que se produjo en este caso. Al respecto, Antonio Pedrajas, socio de Abdón Pedrajas & Molero, afirma que “existe una preocupante tendencia por parte de nuestros tribunales a calificar como improcedentes los despidos disciplinarios basados en ofensas verbales y físicas”. Sin embargo, advierte de que “cada situación debe analizarse individualmente” y, en este caso, estima que “la declaración de improcedencia del despido fue correcta”.

Aquí el Juzgado de lo Social, en primera instancia, y el tribunal superior, en suplicación, estiman que la actitud del empleado no alcanza “los parámetros de gravedad y culpabilidad” como para merecer la sanción impuesta de ruptura del vínculo contractual.

La empresa decidió extinguir la relación laboral mediante un despido disciplinario, mencionando en la carta de despido el altercado que se produjo entre el gerente de la compañía y el empleado.

Según ha quedado probado, el trabajador, cuya jornada laboral concluía a las cinco y media, pidió a un compañero que parara las máquinas a las cinco y veinte. Su jefe, que se encontraba por la zona departiendo con un cliente, al oírlo le comenta que las órdenes sólo las da él.

El trabajador responde riéndose de la situación, momento en el que el administrador comenta en voz alta: “Pero, de qué se ríe el tonto y gilipollas éste”. Es entonces cuando el empleado se dirige a su superior y, sujetándole por la camisa, le dice: “Hijo de puta te voy a machacar, te voy a matar, échame si tienes cojones, te voy a enterrar”. El resto de trabajadores tuvo que intervenir para separarles y evitar que el empresario fuera agredido. Por estos hechos, la compañía achaca al empleado un incumplimiento contractual grave y culpable.

La relación entre el trabajador y su superior no era buena como refleja el hecho de que el primero denunció a la empresa por acoso laboral. La Inspección concluyó que no existía tal situación aunque sí reconoció que ambos discutían frecuentemente, con cruce de insultos mutuos.

El TSJ comparte la decisión del Juzgado que estimó “desproporcionada la sanción” al entender que la conducta del trabajador es “una ofensa”, pero no un incumplimiento grave y culpable de su deber de respetar la integridad física y moral del empresario.

La Sala, tras constatar que las relaciones entre las partes eran conflictivas y que estaban enfrentados, afirma que “la previa conducta del gerente –insultando al empleado en presencia de sus compañeros– fue una provocación”. A juicio de los magistrados, dicha actitud, “sin llegar a justificar la actuación subsiguiente del trabajador, sí que viene a aminorar el reproche que merece su comportamiento”. (TSJ Asturias, 11/02/11, Rº 3051/2010)

Romper las reglas de juego

La solución del TSJ de Asturias, declarando el despido improcedente, pone de manifiesto según explica Fermín Guardiola, socio de Baker & McKenzie, que “una vez rotas las reglas de juego por la empresa –las que marcan la educación y la cortesía– todo vale para los trabajadores”. A su juicio, "que el jefe sea el primero en acudir al insulto no justifica que el trabajador responda en términos similares, pero sí es un atenuante que impide que la sanción aplicable sea el despido procedente". Guardiola cree que de la sentencia se desprende una recomendación evidente: “fair play, también en la empresa".



Consenso del Mercado recomienda la compra de 30 valores, en su mayoría del Ibex 35


Los expertos de Consenso del Mercado recomiendan la compra de 30 valores, en su mayoría del Ibex 35, que presentan una mejor previsión de comportamiento, entre las que figuran Amadeus, como el valor más recomendado en mayo, así como Telefónica, Repsol, Banco Santander, BBVA o Endesa.

La web de expertos otorga una valoración de entre 1 y 2 puntos a estos 30 valores, frente a las 35 compañías que había a cierre del año 2010.

Entre las recomendaciones figuran: Inditex, Ebro Foods, Telecinco, Amadeus, Almirall, Sol Melia, Antena 3, Campofrio, Pescanova, Repsol, Acerinox, Gamesa, Ence, Tubacex, Vidrala, Abertis, Ferrovial, Acciona, FCC, OHL, Telefónica, Endesa, Enagás, Banco Santander, BBVA, Banco Popular, Mapfre, Corporación Alba, Bolsas y Mercados y Grupo Catalana Occidente.

Por el contrario, hay 11 valores que sitúa en venta y que reciben una valoración de entre 3,5 y 5 puntos, frente al cierre 2010, cuando había 13. Esos valores son: Prosegur, Grupo SOS, Zardoya Otis, Uralita, Elecnor, La Seda, Inmobiliaria Colonial, Metrovacesa, Solaria, Banco Sabadell y Bankinter.

La valoración en Bolsa de las 62 empresas españolas analizadas por consensodelmercado.com asciende a 515.041 millones de euros al cierre de abril de 2011, lo cual supone una subida del 3,0% respecto al mes anterior y un aumento del 14,2% respecto al cierre de 2010.

Según el estudio, el beneficio por acción medio de estas empresas es de 1,05 euros (un 9,5% inferior al del mes anterior y un 10,3% en lo que va de año).

El precio objetivo medio es de 16,83 euros, con lo que prácticamente no ha variado en el mes y representa un incremento del 0,8% respecto al cierre del año, mientras que la cotización media del mercado es de 15,15 euros (un 2,4% más en el mes y un 14,3% en el año). Por tanto, el descuento medio entre la cotización media y el precio objetivo es del 9,9%.

El ratio precio/beneficio promedio es de 14,5 veces los beneficios, un 14,2% en el mes y un 27,7% superior respecto al cierre de ejercicio; la inversa de este ratio da una rentabilidad por beneficio del 6,92%, disminuyendo un 13,6% durante el mes y un 21,5% en el año. La recomendación media es de 2,45 puntos, ligeramente más vendedora que en el mes anterior.



Wall Street cierra con avance del 0,43 % en el Dow Jones de Industriales


La Bolsa de Nueva York cerró hoy en terreno positivo y el Dow Jones de Industriales, su principal indicador, acabó con un avance del 0,43 % después de conocerse que la creación de empleo en Estados Unidos en abril fue superior a la esperada por los analistas.

Ese índice, que agrupa a las 30 mayores empresas cotizadas en EEUU, sumó esta última jornada de la semana 54,57 puntos para acabar en 12.638,74 unidades, el selectivo S&P 500 ganó el 0,38 % (5,1 enteros) para cerrar a 1.340,2 puntos y el índice compuesto del mercado Nasdaq ascendió el 0,46 % (12,84 unidades) para terminar en 2.827,56 enteros.

Wall Street acabó con esos avances una sesión en la que se cumplió el primer aniversario del llamado "Flash Crash", el día en el que se registraron extrañas operaciones que en cuestión de minutos arrastraron a todo el mercado e hicieron que el Dow Jones llegara a perder momentáneamente casi mil puntos (quinientos en menos de cinco minutos).

El parqué neoyorquino moderó este viernes los ascensos cercanos al punto porcentual que había llegado a registrar al comienzo de la jornada después de que el diario alemán "Der Spiegel" asegurase hoy que Grecia ha planteado a sus socios la opción de abandonar el euro.

A pesar de que la noticia fue desmentida logró moderar el ánimo comprador de los inversores, que se habían despertado con la buena noticia de que la economía estadounidense creó 244.000 empleos en abril, muy por encima de lo pronosticado por los analistas.

Finalmente la gran mayoría de los componentes del Dow Jones de Industriales terminaron en terreno positivo liderados por la cadena de alimentación Kraft (2,07 %), que el miércoles anunció que ganó el 57,6 % menos en el primer trimestre de 2011, afectada por el encarecimiento de las materias primas, pero logró aumentar su facturación en un 11,1 %, más de lo pronosticado por los expertos.

En ese índice subieron además la química DuPont (1,41 %), la financiera American Express (1,37 %) y la aeronáutica Boeing (1,1 %), entre muchas otras, mientras que tan solo bajaron cinco compañías, entre las que destacó el descenso del 1,52 % de la tecnológica Intel.

Fuera de ese índice la financiera Visa subió el 0,9 % un día después de anunciar que ganó 1.765 millones de dólares en los seis primeros meses de su ejercicio fiscal (octubre-marzo), un 19,57 % más interanual, gracias al aumento del gasto de los titulares de sus tarjetas.

Por contra la aseguradora AIG perdió el 0,29 % tras difundir también el miércoles que ganó 269 millones de dólares en el primer trimestre del año, un 84,9 % menos interanual que la aseguradora rescatada por la Administración estadounidense atribuyó en parte a las pérdidas derivadas del terremoto de Japón.

Por su parte el sello discográfico Warner Music, el tercero más grande del mundo, subió el 3,54 %, tras anunciar que será adquirido por 3.300 millones de dólares por la compañía Access Industries, del multimillonario ruso-estadounidense Len Blavatnik.

A la espera de que se difundieran sus cuentas tras el cierre de hoy, Berkshire Hathaway, la firma de inversión del tercer hombre más rico del mundo, Warren Buffett, subió el 0,77 %.

En el mercado de materias primas el petróleo bajó el 2,62 %, hasta 97,18 dólares por barril -un día después de haberse desplomado el 8,64 %-, y el oro subió un 0,68 % pero se mantuvo por debajo de la cota de los 1.500 dólares por onza que perdió el jueves.

Por su parte el dólar subió con fuerza ante el euro, que al cierre de la sesión bursátil se cambiaba por 1,4353 dólares, comparado con los 1,4526 de la jornada anterior, al tiempo que la rentabilidad de la deuda pública estadounidense a 10 años descendía al 3,14 %.



El Nikkei cae 64,82 puntos, el 0,65 por ciento, hasta 9.794,38 enteros


El índice Nikkei de la Bolsa de Tokio perdió hoy al cierre 64,82 puntos, o el 0,65 por ciento, hasta situarse en 9.794,38 enteros.

El índice Topix, que agrupa a todos los valores de la primera sección, cedió 3,29 puntos, el 0,38 por ciento, hasta 853,21 enteros.

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