Consultoria actuarial con más de veinte años de experiencia en previsión social, operaciones vinculadas, análisis de mercados y demanda, recursos humanos, riesgos financieros y empresariales, peritajes judiciales y valoración de empresas y despachos.







miércoles, 7 de septiembre de 2011

Prensa 7 septiembre

Rosell pide sacrificios a las rentas altas y a los empleados públicos


El presidente de la CEOE, Juan Rosell, ha dicho hoy que en momentos "excepcionales se deben hacer cosas excepcionales" y a quienes tengan las rentas más altas hay que pedirles sacrificios "como a muchos grupos sociales que tienen una serie de ventajas" que en el futuro "no se podrán aguantar".

Respecto a la fiscalidad de los más ricos, ha señalado en rueda de prensa que la "mesa" de los impuestos en España tiene cuatro patas: el IVA, el IRPF, donde iría el impuesto sobre el patrimonio, el impuesto de sociedades y los impuestos especiales, a los que se añaden las cotizaciones sociales.

"Podemos subirlos por un lado y bajarlos por otro" ha subrayado Rosell quien ha insistido en que "es más fácil jugar con el IRPF" y que el impuesto sobre el patrimonio va incluido en él.

Ha señalado que la CEOE está dispuesta a "hablar de lo que sea" en este sentido, pero no de un impuesto concreto, porque considera que subir o bajar determinados impuestos tiene ventajas e inconvenientes, y ha abogado por estudiarlo de forma "global". Asimismo, ha pedido "sacrificio" a quienes tienen un puesto de trabajo "asegurado" y ha dicho que "en esa dirección debemos remar todos".

Ha añadido que los empleados del sector público tienen una serie de características distintas al del privado, como el derecho a escoger una pensión, sanidad, otros horarios y ventajas. En este sentido, ha subrayado que los empleados públicos "deben tener en cuenta que ahora en el sector privado hay gente que lo pasa mal" y especialmente quienes han perdido su trabajo.



El 70% de los empleados desconfía de su empresa y de su jefe


Cree que su empresa aplica correctamente la legislación laboral que defiende los derechos de los trabajadores? Si su respuesta es que no, usted está entre el 70% de los trabajadores que desconfía de las maneras legales de la compañía para la que trabaja. Este es uno de los principales datos obtenidos por la nueva edición del IV Estudio Arag sobre el nivel de confianza de los españoles en su entorno laboral, elaborado con encuestas a 4.500 personas, en colaboración con el Colegio de Politólogos y Sociólogos de Cataluña.

Pero si siete de cada diez trabajadores no confían en que su empresa actúe legalmente en el terreno laboral, es muy parecido el volumen de empleados que tampoco confía en su jefe (seis de cada diez); y, sin embargo, este recelo es algo menor hacia el resto de compañeros, en los que desconfía algo más del 40% de los encuestados.

A pesar de este clima generalizado de incredulidad y suspicacia en el seno de las empresas -que los autores del estudio atribuyen a la actual crisis económica-, los trabajadores españoles no se caracterizan por tomar las riendas de la situación y actuar cuando surge un problema en su entorno laboral. Así, el estudio presentado ayer por el exministro de Trabajo del PP Manuel Pimentel, actual defensor del asegurado en Arag, indica que el grado de pasividad de los asalariados es bastante alto, ya que alrededor del 40% no hace nada cuando tiene un problema en el trabajo.

¿Y cuál es el motivo de esta pasividad? Ocho de cada diez consultados creen que "actuar les llevaría a un proceso demasiado largo o les costaría mucho tiempo para acabar consiguiendo muy poco".

Pimental da otra explicación al asegurar que "los altos índices de paro en España han dado lugar a que quienes conservan su puesto de trabajo también se muestren más conformistas, y piensen que intentar defender sus derechos no va a ayudar, sino que incluso puede empeorar su situación".

Ante una carta de despido

Una prueba de esta afirmación es que en el último año se han duplicado los trabajadores que ante una carta de despido, la firman y aceptan el finiquito, sin más averiguaciones. Esta actitud conformista afectaba al 12% de los consultados en 2010 y se eleva al 24% en la actualidad. En consecuencia, disminuye notablemente el grupo de aquellos que antes de firmar el despido se asesoran de que todo esté correcto, que pasan a ser el 47% frente al 62% de hace un año.

Pero, ¿qué medidas toman los que sí deciden actuar ante un problema laboral? Las respuestas a este punto también reflejan el recelo a la empresa y los compañeros ya que la mayoría no se dirige a los representantes sindicales o al departamento de recursos humanos en primera opción, sino a un abogado profesional (en el 15% de los casos) y a los técnicos de los servicios públicos de empleo (antiguo Inem) en segundo lugar (en un 12,%). Solo después acuden a los sindicatos (un 9%) y, en menor medida, a la misma empresa y a los compañeros.

Las irregularidades que más preocupan a los trabajadores son, por este orden, las relacionadas con el sueldo, el horario o las funciones; las relativas al fin del contrato y, en tercer lugar, a las prestaciones públicas a las que se tiene derecho. Finalmente, como ocurre en general en el mercado laboral, hay grandes diferencias territoriales: los aragoneses y los andaluces son los más combativos, ya que más de la mitad actúa ante un problema; frente a los extremeños, que se muestran pasivos en un 83%.

La pasividad cunde entre cuatro de cada diez trabajadores, que no hacen nada ante un problema en su trabajo

Las irregularidades que más preocupan a los empleados son las relacionadas con el salario, el horario, las funciones y el fin del contrato

¿Qué clase de trabajador es usted?

El Crédulo

Este tipo de trabajador representa aproximadamente a uno de cada tres asalariados, según el Estudio Arag. Se caracteriza por confiar al 100% en lo que hace y dice su empresa. Y ni siquiera se plantea que su compañía pueda estar haciendo algo incorrecto en su actividad o en sus relaciones con los empleados. En general, suelen ser personas despreocupadas, bondadosas y poco o nada polémicas, que no buscan la confrontación ni en el trabajo ni en otros aspectos de su vida cotidiana. Este prototipo se da de forma más frecuente entre jóvenes con edades comprendidas entre los 18 y los 34 años y que solo tienen estudios primarios.

El cauto

Es el más común (lo son alrededor del 43%). Estos empleados dan, a priori, un voto de confianza a su empresa, aunque se informan e investigan para confirmar que se están respetando sus derechos laborales. Son personas previsoras y analíticas, a las que les gusta consultar alternativas antes de tomar decisiones y barajar las consecuencias de sus acciones. Las características más repetidas en este perfil son: mujeres, trabajadores de entre 50 y 64 años o personas que viven en pareja y con hijos.

El inconformista

Es el que menos se prodiga en las empresas, ya que solo supone el 18% del total. Estas personas cuestionan por sistema las acciones de su empresa, al igual que hacen en otras facetas de su vida. Son personas inquietas, que creen que siempre tienen razón y que no les importa causar controversia. Este perfil se da más habitualmente entre jóvenes, en personas con estudios universitarios y sin cargas familiares (que viven con su familia de origen o en pareja sin hijos).



Obama destinará 300.000 millones de dólares a un plan para crear empleo


Ya se empiezan a conocer detalles del plan de Obama para reactivar la economía. El presidente de Estados Unidos propondrá al Congreso un paquete de medidas para impulsar la creación de empleo que tendrá un coste de 300.000 millones de dólares (213.427 millones de euros).

Según ha informado la cadena estadounidense CNN citando a fuentes del Partido Demócrata, el montante de la propuesta se verá compensado por recortes en el presupuesto para intentar convencer a los republicanos, que se muestran poco receptivos a la aprobación de nuevos gastos.

Los ayudante de Obama habían evitado dar cifras públicas sobre el montante económico del paquete salvo para indicar que tendrían un impacto "rápido y positivo en la creación de empleo".

Horas antes de que se hiciera público el coste del paquete de medidas, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, había afirmado que el Gobierno estadounidense "necesita hacer cosas que tengan un impacto directo a corto plazo para que crezca la economía y generar empleo, y el presidente hará propuestas que generen justo eso". Por su parte, los republicanos han criticado a Obama por no contar con ellos en las discusiones sobre el paquete antes de que sea presentado y han señalado que cualquier proyecto sobre el aspecto laboral tendrá un difícil paso por el Congreso. El republicano Mitch McConnel ha afirmado no tener dudas "de que el presidente propondrá muchas cosas el jueves que, si miramos de manera individual, sonarán bastante bien".

"También estoy seguro de que, tomadas en su conjunto, serán más de lo mismo desde una perspectiva equivocada", ha dicho.



Air France baraja el despido de 10.000 empleados además del recorte de gastos


Air France-KLM estudia un recorte de hasta 10.000 puestos de trabajo en caso de que no mejore la recuperación económica, según desveló ayer el rotativo francés Le Figaro. Los posibles despidos no se contabilizan ni en el plan de ahorro de entre 500 y 800 millones de euros ni en la congelación de la contratación, medidas que se anunciaron el lunes.

La mayor aerolínea de Europa se propone llevar a cabo un gran ajuste en su propia estructura. El consejero delegado de Air France-KLM, Pierre-Henri Gourgeon, anunció el lunes un plan de reducción de costes destinado a ahorrar a la compañía entre 500 y 800 millones de euros, contra los 470 indicados en un principio. La medida vendrá acompañada, dijo, de la congelación de las nuevas contrataciones, algo que no cayó bien entre los representantes sindicales.

La compañía, que desveló su plan de austeridad el mismo día que revelaba los 145 millones de euros de pérdidas de su último trimestre, declinó dar más detalles acerca de su plan de ajuste de plantilla, aunque confesó que podría necesitar llevar a cabo más recortes de los previstos. En este contexto, y tras reunirse en dos ocasiones con representantes de Air France, fuentes sindicales revelaron ayer al rotativo francés Le Figaro que la compañía podría recurrir a despedir entre 5.000 y 10.000 trabajadores (de un total de 38.000 que conforman la plantilla del grupo).

Según el responsable sindical citado en la información, la aerolínea optaría por dicho ajuste de plantilla solo "si las economías de los países en los que opera ralentizan su ritmo de recuperación". Los responsables de Air France están decididos a cerrar el ejercicio en positivo, con un beneficio operativo esperado de 25 millones de euros. Así lo estiman también ocho analistas consultados por Bloomberg.

Efecto en el mercado

"Los recortes de costes en Francia siempre han sido complicados", opina un especialista en el sector de las aerolíneas. "Cuando Air France anunció el primer ajuste de coste, el mercado lo tomó como un paso adelante". Aunque la opinión no es unánime. "Creo que el anuncio de recortes presagia malos tiempos para la aerolínea. En mi opinión, deben de haber visto algo desagradable en las reservas", apuntan desde Echelon Research & Advisory.

La Bolsa de París, por su parte, acogió positivamente las nuevas de la aerolínea. Así, el mismo día en que se anunciaron los recortes, los títulos de Air France subieron un 3,9%, hasta los 5,94 euros, mientras que ayer cerró en 5,99 euros, subiendo un 0,79%.



El Ibex 35 baja por cuarto día consecutivo hasta mínimos de abril de 2009


Las bolsas prosiguen su caída en picado y supera los descensos de agosto. El Ibex 35 marca nuevos mínimos anuales, en niveles de dos años y medio, tras registrar una caída del 1,61%. En cuatro sesiones cede casi un 9,5%.

El Ibex 35 encadena la cuarta sesión consecutiva a la baja que le lleva a marcar nuevos mínimos del año en niveles de abril de 2009. Hoy el selectivo ha encajado una caída del 1,61%, en línea con el resto de bolsas europeas. Sólo se ha salvado Londres de los descensos.

La tormenta perfecta augurada por los analistas financieros más pesimistas se ha convertido de un presagio a casi una realidad. El fin de los estímulos extraordinarios en Estados Unidos y la amenaza de una recesión mundial unido a que la crisis de deuda soberana en Europa aún sin resolver están de telón de fondo. A estas variables que no ha cambiado en meses se une la guerra de divisas que ha desatado el Banco Central de Suiza para evitar la apreciación de su moneda frente al euro. La autoridad ha tomado la decisión de manera unilateral poniendo un límite en 1,20 francos por euro.

Los mercados quedan a merced de las decisiones políticas, por el lado del ajuste de los Estados, y sobre todo, de la decisión de los bancos centrales, como se ha visto hoy. La actuación sobre el franco suizo ha añadido más volatilidad al mercado. Todas las miradas están centradas en el próximo jueves en la reunión del BCE sobre tipos. Las previsiones son que no mueva tipos y algunas voces piden incluso una rebaja viendo la evolución. Y más allá está la reunión de la Fed, en la que todas las esperanzas se vuelcan para que se tomen nuevas medidas. Será dentro de dos semanas.

Hoy era difícil pensar en un rebote, aunque en las primeras horas de la sesión, el Ibex 35 luchaba por ir más allá de los 8.100 puntos. La primera señal negativa vino de Alemania con una caída del 2,8% en la cifra de pedidos industriales en julio. El país ha sufrido un desplome de demanda externa de sus socios europeos. Una referencia que ahonda en la idea de una nueva recesión.

La buena noticia del día fue la subasta de 1.000 millones de Grecia que se solventó sin sobresaltos pero que pasa desapercibida para el mercado cuando todavía no está cerrado el segundo rescate por la discrepancias entre Holanda y Finlandia que exigen nuevas garantías.

Las ganancias de los mercados europeos se esfumaron cuando comenzaron a rodar los futuros de la bolsa estadounidense. Según se acercaba la apertura en Nueva York las pérdidas se iban agudizando provocando la pérdida de soportes claves. El Ibex 35 perdía los 8.000 puntos y las caídas llegaban al 2% marcando un mínimo diario de 7.866 puntos.

Las cosas no han ido a peor gracias a que el ISM de servicios de agosto fue mejor de lo previsto por encima de 50 puntos que indica expansión. Los descensos se estabilizaron a ambos lados del Atlántico.

Desde el punto de vista técnico, “En este escenario correctivo, la pérdida de la cota de los 8.000-7.960 puntos nos lleva a la búsqueda del soporte clave entre 7.800-7.760 puntos y después ya los siguientes objetivos los mantenemos en los 7.500 puntos y los 7.200-7.000 antes de los mínimos de 2009”, apunta Josep Codina, analista técnico de finanzas.com.

Los principales valores del Ibex 35 concluyeron con pérdidas: Iberdrola, el 2,12 por ciento; Banco Santander, el 2,01 por ciento; Telefónica, el 1,89 por ciento; BBVA, el 1,67 por ciento, y Repsol, con el petróleo Brent más caro, en 111,5 dólares el barril, bajó el 0,7 por ciento.

Los únicos valores que se salvaron fueron Abertis, Amadeus, Acerinox, Acciona, Técnicas, Popular y Grifols con alzas alrededor del medio punto porcentual.



Wall Street cierra con un descenso del 0,9 % en el Dow Jones de Industriales


Wall Street moderó hoy las pérdidas que registró durante toda la jornada y su principal índice, el Dow Jones de Industriales, cerró con un descenso del 0,9 % mientras arrecian las turbulencias económicas en la zona euro y aumentan los temores a una recesión mundial.

Ese indicador, que agrupa a treinta de las mayores empresas cotizadas en Estados Unidos y que en la apertura había llegado a caer más del 2 %, restó 100,96 puntos, para terminar en 11.139,3 unidades, al tiempo que el selectivo S&P 500 perdió el 0,74 % (-8,73 puntos) y se ubicó en los 1.165,24 enteros.

El índice compuesto del mercado tecnológico Nasdaq fue el que más amortiguó las caídas con las que empezó la jornada y terminó con un descenso del 0,26 % (-6,5 puntos), en las 2.473,83 unidades.

El parqué neoyorquino pudo contener en la recta final de la jornada los números rojos con los que había iniciado la primera jornada bursátil de la semana tras la festividad el lunes del Día del Trabajo en Estados Unidos, pero no evitó que sus principales indicadores encadenaran tres jornadas consecutivas de descensos.

Desde que el pasado jueves la Bolsa de Nueva York arrancara septiembre cerrando con un descenso del 1,03 %, Wall Street no ha podido agarrarse a las ganancias, debido en gran medida a la dimensión de la crisis de deuda en la zona euro, al escepticismo sobre la recuperación de la economía estadounidense y a los temores a una nueva recesión mundial.

Esos ingredientes hicieron hoy nuevamente que los inversores estadounidenses se dejaran llevar por el ánimo vendedor, incluso después de que se supiera que el sector servicios, responsable de más de tres cuartas partes de la economía del país, acelerara su crecimiento en agosto y creciera más de lo previsto, según el Instituto de Gestión de Suministros (ISM).

El sector financiero fue de los que más padeció esta jornada, al dejarse en su conjunto el 1,84 %, y fueron precisamente dos entidades financieras, Bank of America y JPMorgan Chase las que lideraron las pérdidas en el Dow Jones de Industriales, al caer el 3,59 % y el 3,44 %, respectivamente.

Fuera de ese índice, otros bancos también firmaron descensos: Citigroup perdió el 2,46 %, Goldman Sachs el 2,34 % y Wells Fargo el 1,16 %, entre otros.

El descenso generalizado de los bancos se produjo en la primera jornada bursátil en Nueva York después de que el Gobierno de Estados Unidos interpusiera un pleito contra 17 bancos por engañar a los inversores sobre la calidad de los valores respaldados por hipotecas durante la "burbuja" inmobiliaria.

En el Dow Jones de Industriales, también destacaron los descensos del conglomerado GE (-3,24 %), de la tecnológica HP (-2,92 %), del fabricante de aluminio Alcoa (-2,24 %), del gigante del entretenimiento Walt Disney (-2,16 %) y del fabricante aeronáutico Boeing (-1,97 %), entre otros.

Las pocas ganancias en ese índice las lideró la farmacéutica Pfizer, que avanzó el 1,03 %, mientras su rival Bayer se desplomaba en la Bolsa de Fráncfort después de que las autoridades estadounidenses cuestionaran la efectividad de "Xarelto", su fármaco contra la trombosis producido con Johnson & Johnson (0,89 %) y en fase experimental.

La compañía de telecomunicaciones Sprint Nextel, la tercera operadora estadounidense, acabó la sesión con un descenso del 4,53 %, después de presentar una demanda ante un tribunal federal contra la adquisición de T-Mobile por parte de su rival AT&T (-0,78 %), una semana después de que el Departamento de Justicia bloquease la operación también en los tribunales porque reduciría la competencia.

En otros mercado, el barril de petróleo de Texas bajó el 0,49 % para colocarse en 86,02 dólares, la onza de oro acabó a 1.873,3 dólares -durante la sesión llegó a superar los 1.900 dólares-, el dólar ganaba terreno frente a otras monedas como el euro (que se cambiaba por 1,3989 dólares) y la rentabilidad de la deuda pública estadounidense a diez años retrocedía al 1,97 %.



El Nikkei sube 172,84 puntos, el 2,01 por ciento, hasta 8.763,41 puntos


El índice Nikkei de la Bolsa de Tokio cerró hoy con una ganancia de 172,84 puntos, el 2,01 por ciento, y quedó en 8.763,41 puntos.

El índice Topix, que agrupa a todos los valores de la primera sección, ganó 12,43 puntos, el 1,67 por ciento, hasta 753,63 enteros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario