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miércoles, 9 de mayo de 2012

Prensa 9 mayo


Empleo quiere limitar más el acceso a la jubilación parcial


El Ministerio de Empleo y Seguridad Social está preparando una ley que endurezca la jubilación parcial, por una parte y, por otra, incentive el retiro flexible después de los 65 años. Además, este departamento intensificará los controles de las bajas laborales inferiores a un mes, especialmente las de menos de 15 días.

Hay que conseguir que la gente trabaje durante más años. Ese es uno de los mantras que se repiten los técnicos de la Seguridad Social a la hora de buscar soluciones al delicado estado de las cuentas del sistema de pensiones, que cerró 2011 con déficit por primera vez desde 1998.

Para conseguir mantener a los trabajadores en activo, la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, anunció ayer en el Congreso de los Diputados que presentará "en los próximos meses" una nueva regulación de las actuales fórmulas que existen para compatibilizar salario y pensión.

Según fuentes de la Seguridad Social, sus responsables están trabajando en una combinación que consistiría en endurecer las actuales condiciones de las jubilaciones parciales (en las que se compatibiliza salario y pensión antes de cumplir la edad de retiro) que son muy costosas para el sistema; y, al mismo tiempo, establecer nuevos incentivos a la jubilación flexible (que es en la que la compatibilización entre salario y pensión se produce más allá de los 65 años).

La jubilación parcial a la que el Gobierno pretende poner coto ha sido calificada como un chollo para el trabajador y como un mazazo para las cuentas del sistema. Esta modalidad consiste en que cumplidos los 61 años, el trabajador (si ha cotizado al menos 30 años y tiene seis de antigüedad en la empresa) puede reducirse la jornada entre un 25% y un 75%, y el salario en la misma proporción; y es completado en el porcentaje restante por la pensión. Al cumplir los 65 años, el trabajador accede al 100% de su pensión sin ninguna penalización, a diferencia de la jubilación anticipada, que tiene un recorte de la cuantía de la prestación de hasta un 35%.

Es más, la empresa está obligada a contratar en estos casos un trabajador que releve al jubilado parcial en la parte de la jornada que este falta. Pues bien si este relevista tiene un contrato a jornada completa e indefinido, la reducción de la jornada del jubilado parcial puede ser de hasta el 85%. Esto en la práctica hace que baste con que este trabajador acuda a su puesto de trabajo poco más de un mes al año entre los 61 y los 65 años y luego cobre toda la pensión.

En 2010 el Gobierno socialista ya adelantó la entrada en vigor de una serie de medidas que endurecían las jubilaciones parciales y que no debían aplicarse totalmente hasta 2013. A pesar de ello, el colectivo susceptible de acogerse a esta jubilación sigue siendo alto y afecta ya a 120.000 personas, según fuentes de la Seguridad Social.

De ahí que ahora los responsables de Empleo estudien nuevas limitaciones para este retiro. Los técnicos de la Seguridad Social barajan recortar el porcentaje de jornada que podría reducirse un jubilado parcial, para que este tuviera que acudir más tiempo al trabajo; con ello cotizaría algo más y cobraría menos porcentaje de la pensión hasta los 65 años. Al mismo tiempo, Empleo quiere incentivar la jubilación flexible, compatibilizando un trabajo a media jornada y la pensión más allá de los 65 años. Ahora la base reguladora sobre la que se calcula la pensión aumenta un 2% más por cada año que se sigue trabajando entre 65 y 70 años. Así, a dicha edad se puede cobrar hasta el 110% de la pensión a la que se tiene derecho. Empleo también podría modificar esta fórmula para aumentar este incentivo.
  
Coto a las bajas fraudulentas

Esta nueva regulación se incorporará en una ley de compatibilidades que prepara Empleo. Este departamento también presentará próximamente una ley de mutuas que "intensificará los mecanismos de control y seguimiento de las prestaciones por incapacidad temporal", dijo Báñez; para que no se utilicen como alternativas a la prestación por desempleo o transiciones a la jubilación en época de crisis.

Asimismo, anunció una mayor colaboración de las mutuas y los servicios de salud de las comunidades autónomas, para dotar de un mayor control a los procesos de bajas por enfermedad común que duran entre uno y 30 días, "con especial atención a los que se prolongan menos de 15 días".

Por otra parte, la Seguridad Social quiere mejorar la información que facilita al ciudadano y próximamente informará a todos los trabajadores a partir de la edad que se determine de la cuantía de la pensión que está generando y que le corresponderá a partir de la edad de jubilación. Empleo estudia que esta información empiece a facilitarse "entre los 50 o 53 años".

Compensar las lagunas de cotización

Empleo modificará antes de que entre en vigor el 1 de enero próximo la ley que permite compensar meses no cotizados por el trabajador con otros donde su cotización fuera superior a la mínima a efectos de la pensión. Con ello pretende fomentar un mejor tratamiento a quien ha cotizado mucho que a los que apenas han aportado.

Báñez también pretende que los empresarios informen a cada trabajador en su nómina de la cuantía total que cotizan a la Seguridad Social por él.



Báñez descarta rebajar las cotizaciones sociales antes de salir de la crisis


La ministra de Empleo, Fátima Báñez, ha descartado rebajar las cotizaciones a la Seguridad Social antes de que se “consolide la recuperación económica”. Con estas palabras, la titular de Empleo ha eludido responder directamente si el Gobierno pensaba reducir las cuotas, pero vistas las propias previsiones oficiales, parece claro que no lo hará ni este año ni el que viene.

Las palabras entrecomilladas de la titular de Empleo proceden de la actualización del Programa de Estabilidad Fiscal que el Gobierno remitió a Bruselas la semana pasada. En este documento, se pronostica que este año la economía española se contraerá un 1,7%, y que el año que viene crecerá un exiguo 0,2%, insuficiente para considerar que la recuperación se ha consolidado. Más aventurado, a tenor de la ambigüedad de Báñez y de las previsiones oficiales, es decir que hará Empleo con las cotizaciones en 2014 y 2015, cuando se esperan crecimientos del 1,4% y del 1,8%. No obstante, hay que tener en cuenta que tradicionalmente, la Economía española ha necesitado crecer por encima del 2% para crear empleo.

Báñez ha pronunciado estas palabras en la Comisión del Pacto de Toledo, la que se encarga de analizar y pactar los cambios en el sistema de pensiones, a preguntas del diputado de IU-ICV, Joan Coscubiela. Sin embargo, su intervención tiene otro destinatario en el propio Ejecutivo: Luis de Guindos, ministro de Economía, que ha dado a entender en alguna ocasión que el Gobierno baraja subir el IVA y reducir las cotizaciones sociales.

Báñez ha pronunciado estas palabras en la Comisión del Pacto de Toledo, la que se encarga de analizar y pactar los cambios en el sistema de pensiones, en respuesta del diputado de IU-ICV, Joan Coscubiela. Sin embargo, su intervención tiene otro destinario en el propio Ejecutivo: Luis de Guindos. El responsable de Economía ha dado a entender en alguna ocasión que el Gobierno baraja subir el IVA y reducir las cotizaciones sociales.

La ministra ha comparecido por primera vez ante la Comisión parlamentaria del Pacto de Toledo. En ella, ha desgranado los planes de su departamento para la Seguridad Social durante esta legislatura. Entre ellos está la intención de informar a los trabajadores de la pensión que cobrarían en el momento en que soliciten la información de acuerdo a lo que han cotizado hasta ese momento.

Báñez no dio más detalles en su comparecencia. No obstante, fuentes de la Seguridad Social explicaron que aunque falta por precisar la fórmula, es probable que esto pueda hacerse a partir de los 50 o 53 años. “Antes es una información poco significativa. Y después es poco útil”, justifican. La intención es que una vez sepa cual es la pensión generada hasta ese momento –“será una expectativa de derecho, no un derecho en sí”- el trabajador tome las decisiones que considere oportunas para que en el momento de su retiro vea mermado su poder adquisitivo.



Los pensionistas perderán más poder adquisitivo a partir de 2014


El Gobierno prevé que la congelación de las pensiones en el año 2011 "acelerará la merma de poder adquisitivo en las pensiones contributivas, excluidas las mínimas, a partir de enero de 2014".

En un informe presentado a la Comisión del Pacto de Toledo, el Ejecutivo señala que los pensionistas perdieron 1,2 puntos porcentuales de poder adquisitivo el pasado año, la diferencia con el aumento de la inflación.

El estudio analiza la revalorización de las pensiones durante la crisis, entre 2007 y 2011, y su relación con la variación de los precios al consumo (IPC). Este informe es exigido por mandato legal por la reforma del sistema de pensiones.

Asimismo, el Gobierno de Mariano Rajoy decidió elevar en un 1% las pensiones en 2012, un incremento inferior a la inflación.

Precisamente España "es uno de los pocos países de la Unión Europea donde la revalorización automática de las pensiones en la misma proporción que la variación del IPC está garantizada por ley". Por ello, su congelación tiene un impacto "considerable" en la nómina de las pensiones.

"Si se efectúa una compensación entre lo percibido de más entre 2009 y 2010 y lo dejado de percibir desde enero de 2011, la pérdida real comenzará a partir del año 2014, cuando la suma de las cuantías perdidas superará a lo percibido de más", señala el Gobierno.

El gasto en pensiones aumentó en 1.354 y 1.320 millones en 2009 y 2010, respectivamente, mientras que a partir de 2011 se redujo en 915 millones de euros. Se prevé un ahorro de 881 millones en 2012, de 848 millones en 2013, y de 816 millones en 2014.

El incremento medio en el periodo analizado es menor que el aumento de la inflación y la variación de los salarios. No obstante, "las pensiones que ganaron más poder adquisitivo son las mínimas, el SOVI y las no contributivas, en la medida en que son las que no se vieron afectadas por la congelación".

Según desglosa el Gobierno, "el 26,86% del importe de la nómina de pensiones corresponde a las revalorizaciones acumuladas y el 7,04% a la garantía del mínimo". Los incrementos de gasto por complementos a mínimos han sido superiores a los aumentos de la aportación del Estado para su financiación".



El Ibex 35 salva los 7.000 puntos aunque pierde un 0,8%, con Bankia en caída libre


Poco ha durado el festín. El Ibex 35 ha dejado atrás la mayor subida del año que registró ayer, para adentrarse de nuevo en las pérdidas, debido al castigo que están sufriendo los valores bancarios, ante los interrogantes que plantea el enésimo plan de saneamiento del sector que prepara en estos momentos el Gobierno de Mariano Rajoy. En este contexto, el selectivo perdió en 0,8%, aunque logró salvar por la mínima el nivel de los 7.000 puntos.

Bankia ha vuelto a ser uno de los valores más penalizados, tras el correctivo recibido ayer, cuando se conoció la dimisión de su presidente, Rodrigo Rato, y se multiplicaron los rumores sobre un inminente plan de salvamento por parte del Ejecutivo, que podría elevarse hasta los 10.000 millones de euros.

Concretamente, Bankia se ha dejado un 4,76% para cerrar en los 2,26 euros. Sus pérdidas han sido superadas por su participada IAG (6,70%), a pocos días de que el árbitro en el conflicto entre la aerolínea y el Sepla emita el laudo arbitral. Las otras participadas, Mapfre e Iberdrola, perdieron un 5,34% y un 1,59%, respectivamente. ACS también fue de los valores mas castigados (-5,34%), tras la presentación de resultados.

En el lado de los que más suben, se han situado Caixabank (1,21%), Enagas (1,17%), Amadeus (0,88%), Indra (0,77%) y Ferrovial (0,52%).

Aunque el culebrón relacionado con Bankia, su rescate y el morbo producido por la dimisión de su hasta hace poco flamante presidente parecen haber centrado la atención de los inversores españoles, otros temas han planeado sobre las bolsas del continente en la sesión de hoy.

Grecia se ha sumido en la incertidumbre total tras las elecciones, ya que los partidos más favorables al rescate multilateral del país parecen haber perdido su oportunidad de formar Gobierno, como constató ayer el líder conservador Antonis Samaras, ganador de las elecciones.

La situación de Grecia, y en menor medida los interrogantes que plantea la llegada de François Hollande al Elíseo han planeado sobre las mentes de los inversores, que han vuelto tomar conciencia de lo lejos que está la crisis de llegar a su final en una Europa sumida en las tensiones políticas.

Así, también las principales Bolsas europeas cerraron con fuertes caídas como consecuencia de la inestabilidad política en Grecia. El FTSE-100 de la Bolsa de Londres cedió el 1,78%, el CAC 40 parisino cedió el 2,78%, el DAX alemán perdió el 1,90%, y el FTSE MIB milanés cayó el 2,37%.

En Grecia, epicentro de la crisis de la deuda europea, la Bolsa de Atenas continuó en caída libre, perdiendo 3,62%, después de que en la jornada del lunes se dejase un 9,56%. También al otro lado del Atlántico, la bolsa neoyorquina ha abierto con un retroceso.

Los interrogantes comenzarán a despejarse pronto. El presidente francés deberá reunirse con la canciller germana en Berlín el próximo 16 de mayo, y será entonces cuando comience a aclararse un poco más el futuro de las políticas de austeridad en Europa. Por lo que pudiera suceder, la canciller Merkel ya ha avisado hoy al neófito líder francés de que "hay que tomar las medidas necesarias".

La situación de Grecia parece mucho más acuciante, con límites de plazo más estrechos y un importante vencimiento de deuda en el horizonte. Aunque los inversores han descontado ya el caso de Grecia. O no.

Esta situación se reflejaba en el mercado de deuda pública, donde la prima de riesgo española escalaba a los 430 puntos básicos y la rentabilidad del bono español a 10 años se aproximaba al 6%.



Grecia pone en alerta a Wall Street, aunque consigue minimizar las pérdidas


Los indicadores de la Bolsa de Nueva York firmaron una jornada de números rojos pero lograron minimizar sus caídas a menos de medio punto, pese a que el Standard & Poor's estuvo a punto de cerrar en mínimos de dos meses. El temor a que una nueva crisis política saque del euro a Grecia sobrevoló por los pasillos de Wall Street.

Al cierre de la sesión, el Dow Jones de Industriales no logró mantener la cota psicológica de los 13.000 puntos, tras ceder un 0,59%. El selectivo dio su último cambio en los 12.932,09 puntos. Por su parte, el Standard & Poor's terminó en los 1.363,72 puntos tras retroceder un 0,43%, muy lejos de las pérdidas superiores a un 1,5% que protagonizó durante gran parte de la jornada. El índice tecnológico Nasdaq cayó un 0,39%, hasta los 2.946,27 puntos.

En el Viejo Continente las caídas también fueron generalizadas. El selectivo griego fue el más castigado por los inversores con retrocesos del 3,62% que le hicieron perder el soporte de los 700 puntos y cotizar a niveles de hace 20 años. El Dax alemán (-1,9%), el Ftse Mib italiano (-2,37%), el Cac 40 francés (-2,78%) y el Ftse 100 británico (-1,78%) también terminaron con fuertes ajustes. El Ibex 35 fue el que mejor supo capear los recortes al ceder un 0,8%.

Grecia ha puesto en alerta a Wall Street. La zona euro mira con inquietud los últimos acontecimientos sucedidos en Grecia, donde las elecciones del pasado domingo han abierto las negociaciones para formar gobierno. La fragmentación de los votos hace difícil la formación de un nuevo ejecutivo que logre consenso sobre las medidas de austeridad y el rescate. Los inversores no disimularon su miedo a que este nuevo obstáculo haga posible la salida de Grecia del euro.

La situación es tan complicada que los analistas esperan que su salida se precipite en junio, mes en el que a Grecia se le acaba el dinero para hacer frente a los pagos y tiene que negociar las condiciones del nuevo tramo del rescate.

La incertidumbre también llegó al mercado de divisas, donde el euro perdió un 0,4% en su cruce con el billete verde, hasta cambiarse por 1,301 dólares. En cuanto a las materias primas, el batacazo fue aún mayor. El oro perdió más de un 2%, hasta los 1.602 dólares la onza; mientras que el barril de petróleo Texas retrocedió un 1%, hasta los 97 dólares. El barril de Brent redujo sus descensos hasta el 0,4%, para terminar en los 112,7 dólares.

En el ámbito doméstico, los inversores de Wall Street recibieron este martes buenas noticias con el dato de confianza de las pequeñas empresas, que en el mes de abril registró un inesperado repunte hasta los 94,5 puntos, desde los 92,5 de marzo.

En el plano corporativo, uno de los sectores más castigado fue el bancario. Así, las acciones de Bank of America (-2,14%), Citigroup (-1,11%), JP Morgan (-0,96%), Wells Fargo (-1,04%), Morgan Stanley (-1,92%) y Goldman Sachs (-0,61%) sufrieron importantes caídas.

Además de los valores financieros, HP (-2,3%), McDonalds (-2,05%), Cisco (-1,94%), Home Depot (-1,5%), Intel (-1,4%) o Alcoa (-1,29%) también protagonizaron fuertes retrocesos. En cambio, Walt Disney (1,10%), J&J (0,28%), Merck (0,23%), AT&T (0,12%) y Verizon (0,05%) consiguieron desmarcarse de la corriente bajista.



El Nikkei baja 136,59 puntos, un 1,49 por ciento, hasta 9.045,06 puntos


El índice Nikkei de la Bolsa de Tokio cerró hoy con una caída de 136,59 puntos, el 1,49 por ciento, y quedó en 9.045,06 unidades.

El índice Topix, que agrupa a todos los valores de la primera sección, perdió 10,74 puntos, un 1,38 por ciento, hasta 765,83 enteros.


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