El secretario de Estado de
Seguridad Social, Tomás Burgos, ha afirmado hoy que se pueden producir
"importantes tensiones de liquidez" dentro de la Seguridad Social
en los próximos meses, aunque ha subrayado que será un hecho coyuntural y no
hay que confundirlo con la viabilidad del sistema.
Durante su comparecencia ante la
Comisión del Pacto de Toledo en el Congreso de los Diputados, Burgos ha dicho
que pueden producirse desajustes financieros porque la Seguridad Social
paga puntualmente "mes a mes", pero no cobra por igual los recursos
que se le devengan.
Según ha explicado Burgos, y con
datos a 25 de mayo, la rentabilidad acumulada a precio de mercado del Fondo de
Reserva, la conocida como hucha de las pensiones, ha descendido al 3,82 %,
frente a la del 3,84 % que tenía en el mismo período de 2011.
Asimismo, ha agregado que los
aplazamientos del pago de cuotas de las empresas a la Seguridad Social
también introducen un elemento de "cierto desajuste" a la hora de
establecer un flujo continuado de ingresos y gastos que permitan la
sostenibilidad del sistema.
Burgos se ha referido a que en
los últimos años se han producido "insuficiencias" de financiación en
las prestaciones de nivel no contributivo "que han crecido de forma muy
importante".
En este sentido, ha insistido en
que estas prestaciones deberían financiarse con aportaciones del Estado según
el criterio fijado por el propio Pacto de Toledo en el año 2000, pero que en
2012 todavía hay parte "importante" que paga la Seguridad Social.
No obstante, ha recalcado en que
confundir dicha tensión puntual de la tesorería de la Seguridad Social ,
que ha reiterado, es "puntual" y coyuntural, con la sostenibilidad
estructural del sistema sería mezclar "churras con merinas".
Por ello, ha afirmado que
"no hay riesgo", pero que la sostenibilidad depende de lo que se haga
en los próximos años ante los desafíos económicos y demográficos.
"Un sistema como el español
no se sostiene con voluntarismo", ha subrayado Burgos, y menos
"exigiendo lo que no puede dar", ni adoptando medidas sobre la base
de conveniencias coyunturales y no afrontar las consecuencias del coste
efectivo de esas medidas.
"Gozamos de un sistema que
puede recuperar con facilidad el desgaste sufrido en la crisis" y que
todavía tiene "razonables fortalezas" y un fondo de reserva que tiene
garantizadas las pensiones en el presente.
¿Es bueno
ser demasiado sincero en el trabajo?
Decir las cosas sin pensar, aun
acogiéndonos a la verdad, no es la mejor opción y menos en el ámbito laboral.
Como señala José Manuel Chapado, socio de Isavia, “no siempre es bueno ser
sincero. En la mayoría de la ocasiones el error no está en un exceso de
sinceridad, sino en una desmesurada diplomacia. Hay una corriente de lo
políticamente correcto que ha hecho que perdamos la capacidad de decir lo que
pensamos”. Se puede decir todo, lo que hay que cuidar es el cómo.
El problema se plantea cuando las
personas no distinguen la sinceridad del sincericidio. Lo explica Maite Gómez
Checa, coach senior y socia de Ice Coaching: “Son aquellas personas que creen
que ser sincero es decir lo que uno piensa en todo lugar y situación, en vez de
poner el foco en las consecuencias y en cómo puede afectar a terceros”. Checa
asegura que estos individuos creen que están legitimadas a decir lo primero que
se les viene a la cabeza porque se amparan en la creencia de que dicen las
cosas por su bien”.
Sin embargo, en estos casos no
hay que pensar tanto en uno mismo como en las consecuencias que plantar cara y
decir la verdad puede tener en el resto. Para evitar abrir heridas,
innecesarias Chapado plantea un ejercicio tan simple como preguntarnos para qué
lo queremos decir, no el porqué. Si es para que el culpable no lo vuelva a
repetir es correcto, pero si es en beneficio propio no tiene sentido. “Si se
utiliza la sinceridad para descargarse emocionalmente, es mejor guardar
silencio”, señala Chapado.
Lo cierto es que en la oficina
conviven profesionales de todo tipo porque, como dice Checa “hay personas que
sostienen la idea de sentirse en posesión de la verdad y no reconocen que
pueden existir otras maneras de observar o percibir la realidad distintas de la
suya”.
Diplomacia y sinceridad
Un error muy común es confundir
la diplomacia con la
sinceridad. Un exceso de lo primero puede tener consecuencias
nefastas para la
organización. Algunos mandos no se atreven a decir la verdad
o a plantear lo que opinan por miedo a las consecuencias, en opinión de
Chapado, una actitud que las empresas deben corregir. Este vértigo que en
muchas organizaciones fomentan como parte de su cultura, puede tener efectos
muy nocivos: “La alta dirección es mucho más razonable de lo que los mandos
piensan. Muchos directivos están deseando escuchar opiniones diferentes. Y si
se calla se pierde una oportunidad que puede resultar beneficiosa para la
organización”.
El socio de Isavia asegura que el
caudal de verdad que se dice y se oculta en una empresa es un barómetro que
desvela su grado de madurez. La sinceridad es el primer paso para lograr la
transparencia que muchos directivos enarbolan como su mejor tesoro. Pero,
recuerde, que si en su empresa es el último en enterarse de lo más importante y
no se atreve contradecir a su jefe, quizá está en el sitio equivocado. La
transparencia empresarial es una garantía de supervivencia porque permite a los
profesionales trabajar sin miedo e innovar.
Y, como recuerda Gómez Checa, la
clave no está en el qué, sino en el cómo. Algunas de sus pautas para que la
sinceridad no se vuelva en nuestra contra son:
1. Identificar el momento y lugar
oportuno para expresar lo que uno piensa.
2. Expresar lo que piensa dejando
el espacio al otro para que pueda dar su opinión.
3. Enfocarnos en el
comportamiento o en el hecho de qué queremos comunicar, no centrarnos en la
persona.
4. Potenciar la conversación para
abrir nuevas posibilidades.
El desempleo
crece tres décimas en Francia hasta el 9,6%
El paro creció en Francia tres
décimas en el primer trimestre del año con respecto a finales de 2011, lo que
situó la tasa de desempleo en el 9,6 por ciento de la población activa, informó
hoy el Instituto Nacional de Estadística (INSEE). Si se incluyen los datos de
los territorios de ultramar, la tasa de desempleo se situó en el 10%, dos
décimas más que en el cuarto trimestre del año pasado, precisó el Insee en un
comunicado En comparación con el primer trimestre de 2011, el paro creció cuatro
décimas.
El ministro de Trabajo, Michel
Sapin, consideró "malo" el dato y aseguró que "hay que actuar
con urgencia pero con concertación" para mejorar las cifras de desempleo.
En declaraciones a la
radio France Info , Sapin indicó que la actuación del Gobierno
irá en dos sentidos, por un lado "recuperar el crecimiento económico"
y, junto a ello, "con políticas activas de creación de empleo". En
este sentido, destacó la introducción del llamado "contrato
generación", una promesa electoral del presidente, François Hollande, que
prevé conservar empleos en las empresas e introducir a jóvenes aprendices en el
mercado laboral. Sapin también señaló que el Gobierno "suprimirá medidas
que estimulan el paro", como las exenciones fiscales a las horas suplementarias
introducidas por el anterior Ejecutivo conservador de Nicolas Sarkozy.
Según los datos del INSEE, en la
Francia metropolitana 2,746 millones de personas buscaban trabajo en el
trimestre pasado. Por edades, el paro creció en todas las categorías con respecto
al trimestre anterior, aunque entre los menores de 25 años la tasa descendió
dos décimas si se compara con los registros del primer trimestre del año
pasado. En esa categoría, el desempleo se incrementó en dos décimas con
respecto al registrado a finales del año pasado y sigue siendo la categoría que
registra la mayor tasa de desempleo, el 22,5%. El mayor número de desempleados
se situó en la categoría de los que tenían entre 25 y 49 años, que acumulan 1,6
millones de parados, un 8,9% del total, una tasa que subió un 0,7% en el primer
trimestre de 2012. Entre los mayores de 50 años también aumentó el desempleo,
en cuatro décimas, lo que situó la tasa en el 6,6%.
El paro
semanal en EEUU cae en 12.000 personas
Las peticiones de subsidio por
desempleo en Estados Unidos durante la semana que concluyó el pasado 2 de junio
alcanzaron las 377.000 solicitudes, 12.000 menos en comparación con la cifra
revisada de 389.000 de la semana anterior, según informó el Departamento de
Empleo de EEUU en un comunicado.
La media móvil de las cuatro
últimas semanas alcanzó las 377.750 peticiones de subsidio, un aumento de 1.750
solicitudes en comparación con las 376.000 del dato revisado de la semana
pasada.
Por otro lado, en la semana que
concluyó el pasado 26 mayo, el número de personas que recibían algún tipo de
protección frente al desempleo en Estados Unidos aumentó hasta 3.293.000
personas, lo que supone 34.000 beneficiarios más que en la semana anterior,
cuando el dato revisado era de 3.259.000.
En esta misma línea, la media
móvil de las cuatro últimas semanas de personas que recibían algún tipo de
prestación fue de 3.279.500, lo que implica un incremento de 11.500 personas
respecto a los 3.268.000 beneficiarios registrados la semana pasada.
La bolsa
cierra con subidas por cuarta sesión consecutiva
El Ibex-35 evitó el jueves los
números rojos por cuarta sesión consecutiva, aunque posibles tomas de
beneficios hayan moderado las subidas de gran parte de la sesión, con algunos
grandes valores ralentizando la tendencia alcista.
Las noticias sobre España
siguieron generando optimismo, en una día en el cual el Tesoro captó los 2.000
millones de euros previstos en una subasta, entre expectativas de una
recapitalización de la banca española con asistencia europea y de nuevos
estímulos para impulsar la economía mundial.
"Al final, el Ibex se
desinfló un poco, quizás por tomas de beneficios en el último tramo de la
sesión, pero el fondo sigue siendo bueno, con una mejora de la prima de riesgo
y una subasta favorable, con tipos más bajos que los del mercado", dijo
Iván Sanfélix, analista de Renta4.
España colocó el 100 por 100 del
objetivo establecido para su emisión de bonos, pero como era previsible tuvo
que elevar su coste de financiación, pese a pagar ligeramente por debajo de los
rendimientos del mercado secundario.
El diferencial de la deuda
española a 10 años con su equivalente alemán se situaba a horas de cierre
bursátil en el entorno de los 470 puntos básicos, muy por debajo de los 500
puntos básicos en los que permaneció más de una semana en la que España centró
atención internacional.
En este contexto, el Ibex-35
subió un 0,3 ciento a 6.438,1 puntos, mientras el europeo FTSEurofirst cerró
provisionalmente con un avance del 1 por ciento.
Los dos grandes bancos estuvieron
entre los principales artífices del avance, con los inversores esperando la
fórmula con la que podría estructurarse una recapitalización del sector, antes
de los informes del FMI y los auditores independientes.
Según fuentes del sector, el
Fondo Monetario Internacional, que presentará en breve sus conclusiones
definitivas sobre la salud de la banca española, apuntará a un déficit de
capital de unos 40.000 millones de euros.
En este contexto, Santander subió
un 1,66 por ciento y BBVA ganó un 1,15 por ciento.
Los bancos de mediana
capitalización tuvieron un comportamiento mixto. A los avances de Popular (1,78
por ciento), Caixabank (2,32 por ciento) y Sabadell (1,64 por ciento), se
contrapusieron los retrocesos de Bankinter (-1,87 por ciento) y la nacionalizada Bankia
(-1,54 por ciento).
La subida de Popular llegó
después de que la entidad anunciase el miércoles que prevé cumplir sin ayudas
públicas con los requisitos de saneamientos inmobiliarios que ha impuesto el
gobierno.
Otro gran valor que tiró del
selectivo fue Inditex, que ganó 1,19 por ciento.
El selectivo español cotizó gran
parte de la sesión por encima de la cota de los 6.500 puntos, pero finalmente
quedó por debajo, con varias de las grandes empresas lastrando el índice.
Entre los grandes valores que lastraron
el avance del selectivo estuvieron Telefónica, que bajó un 1,7 por ciento,
Repsol, que cayó un 1,26 por ciento, e Iberdrola, que se dejó un 1,77 por
ciento.
Fuera del Ibex, Solaria subió
otra vez con fuerza, un 25 por ciento, tras haberse disparado un 20 por ciento
en las dos sesiones anteriores, entre especulaciones sobre las negociaciones
que mantiene con socios estratégicos.
Wall Street
cierra con subida del 0,37% en el Dow Jones de Industriales
Wall Street frenó hoy su avance
en el tramo final de la sesión y el índice Dow Jones de Industriales cerró con
una subida del 0,37% después de que se diluyeran las esperanzas de nuevas
medidas de estímulo monetario en EEUU y de que la agencia de calificación Fitch
rebajase la nota de la deuda de España.
Según datos provisionales al
cierre de la sesión, ese índice sumó 46,17 puntos para acabar en 12.460,96
unidades, mientras que el selectivo S&P 500 bajó el 0,01% y el índice
compuesto del mercado Nasdaq perdió el 0,48%.
El Nikkei
cae 180,46 puntos, un 2,09 por ciento, hasta 8.459,26 puntos
El índice Nikkei de la Bolsa de
Tokio cerró hoy con una caída de 180,46 puntos, el 2,09 por ciento, y quedó en
8.459,26 unidades.
El índice Topix, que agrupa a
todos los valores de la primera sección, perdió 13,01 puntos, un 1,78 por ciento,
hasta 717,74 enteros.
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