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jueves, 12 de julio de 2012

Prensa 12 julio


Rajoy anuncia el mayor destrozo del Estado del bienestar de la historia


El presidente anuncia en el Congreso durísimos recortes y una drástica subida de impuestos. Reducirá el subsidio de paro, aumentará el IVA del 18% al 21%, rebajará el número de concejales y se quitará la paga extra de Navidad a funcionarios y cargos públicos. Reconoce que no tiene "libertad" para implantar otra política

"Usted ya tiene su 12 de mayo. Este es su 12 de mayo".

Josu Erkoreka, portavoz del PNV en Madrid, dibujaba en pocas palabras la sensación de flashback que inundó irremediablemente el Congreso esta mañana negra. El Mariano Rajoy de hoy que tenía que dar cuentas de la cumbre del Consejo Europeo de junio y del viraje radical de su política económica se parecía mucho, muchísimo, al José Luis Rodríguez Zapatero del 12 de mayo de 2010, cuando el entonces presidente del Gobierno anunció el que se dio en llamar el mayor tijeretazo social de la historia de la democracia, el que marcó el inicio del fin de su mandato.

Las palabras se quedaron esta mañana cortas para definir el brutal hachazo que el Gobierno del PP asesta al Estado del bienestar. De hasta 65.000 millones de euros en dos años y medio, casi cinco veces más del aplicado por Zapatero en 2010 (15.000 millones). Con castigos tan impopulares como la subida del IVA, la reducción de las prestaciones por desempleo, la supresión de la paga extra de Navidad a los funcionarios públicos, la reordenación de las Administraciones Públicas, el ajuste adicional de 600 millones de euros en los ministerios, otra merma a las ayudas a partidos y sindicatos, la reforma de las pensiones o el alza de los impuestos medioambientales. Sin que, en contrapartida, se grave más a las rentas más altas. Pero ese espectacular recorte quedó revestido con la misma letanía que acompañó también al discurso del anterior jefe del Ejecutivo: no hay más salidas, esto es lo hay que hacer, no se puede hacer otra cosa. Y aún más: Rajoy reconoció que España está tutelada, sin manos libres, sin autonomía. Intervenida, a fin de cuentas, aunque en ningún momento empleó esa palabra. "Los españoles hemos llegado a un punto en que no podemos elegir entre quedarnos como estamos o hacer sacrificios. No tenemos esa libertad. Las circunstancias no son tan generosas", expuso a las claras.

El presidente tuvo también que asumir que ha devorado por completo su programa electoral. "No disponemos de más ley ni de más criterio que el que la necesidad nos impone. Hacemos lo que no nos queda más remedio que hacer, tanto si nos gusta como si no. Yo soy el primero en estar haciendo lo que no me gusta", sostuvo, casi implorando perdón a sus votantes.

Ajustes "no agradables", pero sí "imprescindibles"

La retórica dramática, churchilliana, centrada en la cultura de los esfuerzos sin cuento con la esperanza de una recuperación sin fecha, hizo de puesta en escena del anuncio de una batería de medidas que el propio Rajoy asumió que "no son agradables" y "duelen a cada persona", pero que sí son "imprescindibles".

El presidente tardó en entrar en materia, intentando retrasar el sinsabor del relato de los ajustes obligados por la Unión Europea y motivados por el desbocamiento del déficit –3,41% del PIB hasta mayo, nueve milésimas menos del tope de todo el año, 3,5%–. Lo prologó con la información del Consejo Europeo y de los acuerdos alcanzados con los países del euro. Después desenfundó el cuchillo y desembuchó medida tras medida de forma rápida, con gesto serio, como en su día hizo Zapatero [ver aquí un listado de todas ellas]. Aunque no con la imagen cansada y con ojeras que lució en 2010 el expresidente. Esta vez no envió a sus ministros a quemarse ante la opinión pública. Esta vez lo hizo él mismo, asumiendo todo el coste de la impopularidad de su iniciativa.
Los recortes de Rajoy (los nuevos, porque el serial empezó el pasado 30 de diciembre) contemplan medidas de rebaja del gasto y de aumento de los ingresos. De todas ellas, quizá la más dolorosa y la de mayor impacto es la subida del IVA que aprobará el Consejo de Ministros de este viernes. El tipo general aumentará tres puntos –del 18% al 21%–; el reducido, dos, del 8% al 10%, y el superreducido, el que se aplica a productos de primera necesidad, se mantiene en el 4%. Rajoy en su día criticó furibundamente el alza aprobada por Zapatero, jamás dijo que subiría la imposición al consumo en campaña electoral y, ya en el poder, intentó resistirse a la evidencia. Pero al final cayó. No se esforzó en renegar de sus contradicciones: "Yo me he opuesto a la subida del IVA. Sí, sí, me he opuesto, no tengo ningún problema en decirlo. Lo sabe todo el mundo, ¿para qué voy a negarlo?".

El aumento del IVA irá de la mano de una subida de los impuestos del tabaco y de una reforma de la tributación medioamiental, bajo el principio de "quien contamina paga". No aportó mayor concreción. Como contrapeso, se aprobará una rebaja de las cotizaciones sociales que abonan los empresarios –menguarán un punto en 2013 y otro punto más en 2014– y se realizarán modificaciones en el sistema de pago fraccionado de Sociedades. Además, elimina la deducción por compra de vivienda, que el Gobierno recuperó en diciembre. Obedeció así sin rechistar a lo que le exigían la UE y el FMI.

Fuera la paga también de diputados y senadores

El segundo retoque de calado afecta a la prestación por desempleo, en muchos casos el sustento básico y único para los 5,6 millones de parados del país. El subsidio seguirá percibiéndose 24 meses como máximo y se mantendrá el importe actual durante el primer semestre. Pero aquí viene el cambio: con el objetivo teórico de "animar a la búsqueda activa de trabajo", los que se sumen a la cola del paro verán menguada su prestación a partir del sexto mes del 60% al 50% de la base reguladora. Se exigirá haber trabajado para acceder a la renta activa de inserción.

A su vez, se llevará al Pacto de Toledo un proyecto de ley para "acelerar la aplicación del factor de sostenibilidad". Esto es un elemento que se introdujo en la reforma de las pensiones que aprobó Zapatero en 2011, que establece que a partir de 2027 se revisarán los parámetros fundamentales del sistema (entre ellos, la cuantía de la prestación), en función de la esperanza de vida de la población. En suma, lo que pretende el Ejecutivo es adelantar esa fecha, hacer que se estudie antes de 2027 la modificación de las pensiones. Por otro lado, se endurecerá el acceso de la jubilación anticipada. 

Tajo también a la dependencia, otra de las vacas sagradas que el presidente prometió dejar a resguardo: "Se racionalizará el gasto en el sistema de dependencia, revisando el baremo y las prestaciones económicas". No hay por ahora más pormenor que lo adelantado ayer martes por Ana Mato, ministra de Sanidad. Al tiempo, se suprimirá un "gran número de las actuales bonificaciones a la contratación, salvo las relativas al nuevo contrato para emprendedores", que introdujo la reforma laboral de Fátima Báñez, "o a la inserción laboral de las personas discapacitadas".

Bajo el rótulo "revisión integral de la función pública", Rajoy enmascaró un profundo empeoramiento de las condiciones de los funcionarios. Se les reducirá el número de días de libre disposición –los llamados moscosos–, se "ajustará" el número de liberados sindicales a lo previsto por la ley –sigue el presidente la estela ya iniciada por Esperanza Aguirre en 2012–, "se equipararán las condiciones en situación de incapacidad temporal a las del resto de trabajadores" y se "facilitará" su movilidad. Y lo más importante: se les quitará, a funcionarios y cargos públicos de todas las administraciones, la paga extra de Navidad en 2012. Rajoy pidió que ese "esfuerzo" fuera compartido por diputados y senadores. Una reclamación que saldrá seguro sin contratiempos, ya que las Cortes son controladas por mayoría absoluta por el PP. A los empleados públicos, y sólo a ellos, se les compensará la suspensión de su paga de Navidad en 2015, pero no en metálico en sus cuentas, sino a través de la "correspondiente aportación en el fondo de pensiones".
  
Cambios en las administraciones

El presidente cosechó de los diputados de su bancada uno de los primeros aplausos tras el anuncio de una medida más populista que otra cosa: el recorte en un 30% del número de concejales por tramos de población, para lo que tendrá que cambiar la Ley Electoral. Se fijará en la Ley de Presupuestos la retribución de alcaldes y ediles en función del tamaño del municipio. Se producirá una "drástica reducción –e incluso eliminación– de empresas públicas en el ámbito local para evitar "duplicaciones y triplicaciones de servicios".

Los ajustes irán acompañados de una reforma de la Administración local ya esbozada en las últimas semanas. Se delimitarán las competencias de cada escalón de la Administración, se descarga a los ayuntamientos de las llamadas competencias impropias, se controlarán las cuentas públicas con el  "fortalecimiento de la imparcialidad del interventor municipal y funcionarios con habilitación de carácter nacional" y finalmente se refuerza el papel de las diputaciones provinciales para centralizar la prestación de servicios. El ahorro estimado con la reforma es de unos 3.500 millones de euros.

Las comunidades autónomas serán obligadas a apretarse su ya más que corto cinturón y tomar las decisiones que hagan falta para conseguir alcanzar sus objetivos de déficit. Aunque mañana jueves se concretará en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), el presidente ha confirmado que se pondrá en marcha un "instrumento financiero que garantice la liquidez suficiente para que las CCAA hagan frente a sus compromisos financieros". O sea, los llamados hispanobonos. Aquellas regiones que se acojan al plan deberán apencar con más recortes y subidas de impuestos o, en la terminología gubernamental, una "condicionalidad y control adicionales del Estado".

El gasto en los ministerios se reducirá en 600 millones de euros adicionales. Una evidencia más de que los Presupuestos Generales del Estado de 2012, que llevan en vigor apenas una semana, ya no sirven. La tijera se meterá en los créditos destinados a subvenciones, gastos corrientes y transferencias. Para 2013, el Gobierno menguará más aún las ayudas a partidos, empresas y sindicatos. Se contraerán un 20% más, cuando ya en este ejercicio habían decrecido en la misma cantidad.

Para el epílogo dejó Rajoy otras medidas de contenido más difuso: ley de unidad de mercado, implantación de un mecanismo "ágil" de resolución de conflictos entres las administraciones y los operadores económicos, liberalización del sector servicios, reforma energética y flexibilización de los horarios comerciales. Se llevará a cabo igualmente la liberalización y, en su caso, privatización de los servicios asociados al transporte ferroviario, portuario y aeroportuario.

Situación "extraordinariamente grave"

"El panorama que he presentado es más bien sombrío". Rajoy culminaba así la andadura de un relato que, a diferencia de otras ocasiones, no estaba preñado de referencias a la herencia recibida por el PSOE. "Nos encontramos en una situación extraordinariamente grave y es preciso corregirla con urgencia", reforzó Rajoy. "Tenemos que salir de este atolladero y necesitamos hacerlo cuanto antes. Y aquí no caben ni fantasías ni ocurrencias. Porque no hay mucho que escoger: o reducir los gastos o aumentamos los ingresos, o si no nos queda más remedio, hacemos ambas cosas".  El presidente ensayó un ejercicio de contrición: "Dije que bajaría los impuestos y los estoy subiendo. No he cambiado de criterio. Ni renuncio a bajarlos cuando sea posible, pero han cambiado las circunstancias y tengo que adaptarme a ellas. Hago lo único que se puede hacer para salir de esta postración". Un alegato semejante al "me cueste lo que me cueste" que entonó Zapatero en el debate del estado de la nación de 2010.

Y como Zapatero, Rajoy apeló a la unidad colectiva, a la "colaboración de todos". Porque tras el dolor y el látigo, vino a decir, llegará la tierra prometida, la recuperación de la crisis: "¿Servirán de algo tanta estrechez y tantas apreturas? La respuesta es un sí con toda rotundidad. Estoy convencido de que al final del sacrificio nos espera la recompensa", pues España aún conserva "fortalezas económicas, estructurales, demográficas, incluso morales".

El pleno recibió con profundo malestar el discurso de Rajoy. El rumor fue creciendo de menos a más, según el presidente soltaba, una tras otra, medida dura tras medida dura. Al final, entre el aplauso de su bancada, puesta en pie, se oyeron gritos de la izquierda: "¡Dimisión, dimisión!".

La sangre del sistema

El presidente se dispuso a escuchar la lluvia fina y constante de reproches de la oposición desde su escaño, de izquierda y derecha. El resto del Gobierno escuchaba con rostro grave, circunspecto. No era para menos, visto el durísimo varapalo que Rajoy acababa de propinar a su programa, a su imagen. En la réplica, el jefe del Ejecutivo no aportó argumentos ni datos nuevos. Sólo más cucharadas de dramatismo. Tampoco zahirió a un Alfredo Pérez Rubalcaba que en su intervención inicial había sacado poco colmillo. Es más, le agradeció su apoyo.

Primero respondió a las críticas de que su Gabinete destina más dinero a la banca y a los poderosos mientras empobrece a los españoles. Subrayó entonces que el salvamento de la banca era necesario, porque el sistema financiero es a la economía de un país lo que la sangre representa para el cuerpo humano. Sin él, "no habrá ni bienestar ni riqueza". Razón por la que el Gobierno no puede "dejar que se hundan" los bancos. Además, las condiciones del rescate –palabra todavía tabú en el diccionario del PP– son "muy buenas" y no imponen una "condicionalidad macroeconómica". Rajoy pretendió desenlazar las imposiciones que el Eurogrupo marca al sistema financiero de las exigencias que Bruselas fija para España por el descontrol de su déficit, y que obviamente son las que han obligado a tomar las medidas anunciadas hoy. De esa anilla colgó sus reproches al Ejecutivo de Zapatero, pues de no haberse encontrado un agujero del 8,9% con que se cerró 2011, la situación sería otra.

Rajoy presumió de que sus recortes miran "el interés general" de los españoles y que son "justos y equitativos". Quiso hacer ver que había arremetido contra los poderosos como nunca antes nadie se había atrevido: "Nosotros hemos rebajado los sueldos de los presidentes y consejeros delegados de entidades financieras con ayudas públicas, cosa que no había hecho antes nadie. Nosotros hemos subido el impuesto sobre la renta de las personas físicas con un recargo más progresivo que el que nunca antes se haya establecido. Por tanto, no puedo aceptar la crítica, porque no es justa, de no ser justo y equitativo a la hora de tomar decisiones".

La última palabra del presidente llegaría pasadas las tres de la tarde. "Por este camino este país se va a ir muriendo poco a poco de forma muy mejorada", le había augurado Cayo Lara, comparando España con un enfermo terminal que antes de morir experimenta una ligera mejoría. Rajoy tomó la acusación para engarzar su mensaje de cierre: "Creo que el Gobierno –lo puedo decir un día como hoy, complicado, en un día en que hemos tomado decisiones de esas que a casi nadie le gusta tomar– tiene los objetivos claros, tiene un rumbo y sabe cuáles son los instrumentos. Yo tengo la total y absoluta confianza de que este partido, este equipo, con este programa económico que he presentado, va a lograr sacar a España de la crisis".

La duda es la misma de siempre: si el empacho de ricino funcionará esta vez. Y si el final de la agonía llegará pronto. A eso Rajoy no puso fechas, ni calendarios.



Menos ayudas a los nuevos parados


Se ha despejado la incógnita. Tras numerosos rumores acerca de los planes del Gobierno de recortar las prestaciones por desempleo en los últimos días, el presidente del Ejecutivo, Mariano Rajoy, anunció ayer que este ajuste afectará a la cuantía de esta ayuda a partir del sexto mes de cobro.

En concreto, la prestación pasará a suponer el 50% del último salario del trabajador desde el citado sexto mes, frente al 60% que supone con la legislación actual.

Según especificó el propio Rajoy, esta aminoración de la cuantía de la prestación afectará solamente a los nuevos perceptores que se incorporen al sistema de protección por desempleo a partir del momento en el que el Gobierno publique la medida en el Boletín Oficial del Estado (BOE), previsiblemente en las próximas semanas.

Rajoy precisó, sin embargo, que se mantendrá intacto el periodo máximo de cobro de esta prestación fijado en 24 meses, a pesar de que se había especulado con la intención del Gobierno de acortar este plazo. Igualmente, el Ejecutivo tampoco modificará el periodo mínimo de cotización exigido para acceder a estas ayudas, establecido actualmente en 12 meses, con los que se genera un derecho a cobrar cuatro meses la prestación contributiva por desempleo.

El líder del Ejecutivo no precisó cuánto podrá ahorrarse con esta medida. Según el cálculo de un experto, si afectara a todo aquel que cobra ahora mismo la prestación, dicho ahorro podría superar los 500 millones. Pero al no ser así, y al quedar fuera del recorte uno de cada cuatro nuevos desempleados (bien porque no tengan derecho a cobrar más de seis meses o porque con la rebaja al 50% del salario superen ya la prestación máxima), el ahorro será mucho menor.

Según un cálculo del Gabinete Económico de CC OO, en un trabajador a tiempo completo con un sueldo bruto de 1.884 euros y que haya cotizado como mínimo 720 días para tener acceso a más de seis meses de cobro, la bajada del 60% al 50% le podría suponer un recorte en el total de la prestación de entre 377 y 3.392 euros, dependiendo del tiempo cotizado y, por tanto, de la cuantía total a percibir. Esto se traduce en un recorte mensual de entre 21 y 188 euros al mes.

Rajoy ha justificado este recorte para "garantizar que las prestaciones por desempleo no generan efectos desincentivadores en la búsqueda de empleo, y siguiendo el ejemplo de algunos países de la UE". Esta precisión generó protestas de la bancada de la oposición y aplausos entre los diputados del PP. Y sirvió para que la diputada de UPyD, Rosa Díez, acusara a Rajoy de culpar a los parados de su propia situación al no buscar un empleo por estar recibiendo una prestación o un subsidio.



Una de cal y otra de arena para los empresarios


El Gobierno ha decidido compensar la subida del IVA con un abaratamiento del coste del empleo. Para ello, Mariano Rajoy, anunció una rebaja de un punto de las cotizaciones sociales que pagan los empresarios por su trabajadores en 2013 y otro punto menos en 2014. Asimismo, el Ejecutivo pretende acelerar la puesta en marcha del factor de estabilidad del sistema de pensiones.

Entre la inmensa batería de recortes y medidas restrictivas anunciadas ayer por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, los empresarios han recibido, sin embargo, una buena noticia: las cotizaciones sociales que pagan por sus trabajadores bajarán un punto en 2013 y otro punto menos en 2014.

Rajoy ha hecho este anuncio tras avanzar la subida del IVA, de lo que se desprende que es una medida compensatoria por esta alza impositiva. Así, a falta de que se confirmen los detalles de esta iniciativa, se entiende que la bajada será generalizada para todas las cotizaciones que se pagan en la actualidad. Esto supondría una merma de ingresos de la Seguridad Social -que es quien recauda estas cuotas para pagar las prestaciones de jubilación, incapacidad o desempleo, entre otras- de casi 3.000 millones por cada punto de rebaja (cerca de 9.000 millones menos a finales de 2014).

Esta fórmula de compensar la subida del IVA bajando cotizaciones ha sido defendida en los últimos tiempos por el ministro de Economía, Luis de Guindos, y responde, también en parte, a la histórica demanda empresarial de abaratar el coste del empleo para generar más puestos de trabajo.

Esta doble medida ya se puso en práctica en 1994 sin el éxito perseguido, porque bajaron los ingresos del sistema de Seguridad Social y no aumentó en proporción la recaudación por IVA ni se generaron los esperados puestos de trabajo.

En cualquier caso, aún queda por detallar la letra pequeña de esta medida. Así, el Gobierno deberá detallar de qué parte de las cotizaciones sociales (contingencias comunes, profesionales, desempleo o formación) detrae los dos puntos. E igualmente tendrá que concretar si toda la rebaja recae sobre la cuota empresarial o traslada parte a la cotización que abona el trabajador.

Distintas fuentes consultadas coinciden en que la rebaja será enteramente para la cuota patronal. Asimismo, varios analistas explicaron que lo lógico sería detraer estos puntos de la cotización por desempleo, ya que el recorte de esta cuantía aminorará este gasto. Descartaron otras posibilidades porque si la rebaja se produjera, por ejemplo, sobre la cotización por contingencias comunes, esto se traduciría en menos dinero para el pago de pensiones, justo en un momento en el que la Seguridad Social ya ha incurrido en números rojos.

Es más, el Ejecutivo ya ha habilitado la desinversión de parte de los 4.000 millones del fondo de prevención de las mutuas para conseguir liquidez suficiente con la que abonar la revalorización de las pensiones y la paga de Navidad a los pensionistas. De ahí que no se presente como factible el adelgazamiento directo de los ingresos por contingencias comunes.
Eliminar casi todas las bonificaciones

Hasta aquí ha sido todo lo que ha representado la arena para los empresarios, pero Rajoy también ha repartido algo de cal, al anunciarles la eliminación de "un gran número" de las bonificaciones a la contratación, salvo aquellas destinadas al nuevo contrato de emprendedores y a la integración laboral de discapacitados.

El Presupuesto de 2012 recoge inicialmente 2.800 millones para estas bonificaciones. Si bien aún se desconoce si este recorte se efectuará para lo que resta del ejercicio o a partir de 2013.

El presidente de la patronal CEOE, Juan Rosell, calificó estas medidas como "adecuadas", aunque precisó que a los empresarios les habría gustado más "menos subidas de impuestos" y una mayor bajada de las cotizaciones, como aseguró que han hecho en otros países europeos.

En esta misma línea, el presidente de la patronal de la pequeña y mediana empresa (Cepyme), Jesús Terciado, insistió en que la rebaja acordada sigue siendo "escasa" y no equipara a España -donde superan el 28%- con Europa, donde las cotizaciones están de media cinco puntos por debajo de las españolas.

Además Terciado criticó la eliminación de las bonificaciones a la generación de empleo porque "esto va a restar capacidad de contratación a las empresas".

Bañez anunció lo contrario

Los incumplimientos del Gobierno afectan a casi todos los miembros de su Gabinete. Respecto a la rebaja de cotizaciones sociales anunciada ayer, la ministra de Empleo, Fátima Báñez, insistió el 8 de mayo en el Congreso en que estas cuotas solo bajarían "cuando se consolidara la recuperación económica", añadiendo después que esto no se preveía para 2013.



La prohibición de la jubilación forzosa

En la tramitación parlamentaria del proyecto de Ley 3/2012 de medidas urgentes para la reforma del mercado de trabajo se ha introducido una cuestión que no venía en el inicial Real Decreto de donde proviene la Ley: la prohibición de pactar cláusulas de jubilación obligatoria al alcanzar los trabajadores la edad de retiro.

La posibilidad legal de que los convenios colectivos establecieran la jubilación forzosa se incluyó en el Estatuto de los Trabajadores de 1980, y desde el Texto refundido del año 1995 se regula en la disposición adicional 10ª del mismo.

Por efecto de la Ley 5/2001 se suprimió, para luego volverse a permitir en el año 2005, mediante la Ley 14/2005, siempre que se vinculara a objetivos coherentes con la política de empleo, tales como la transformación de contratos temporales en indefinidos, el sostenimiento del empleo o la contratación de nuevos trabajadores, y siempre que el afectado reuniera los requisitos para acceder a la pensión contributiva de la Seguridad Social.

Recientemente, la Ley 27/2011 mantuvo la jubilación forzosa y únicamente la modificó con la finalidad de que no afectara a trabajadores con pensiones de jubilación claramente mejorables. En este sentido, estableció que el trabajador afectado tuviera cubierto el período mínimo de cotización que le permitiera aplicar un porcentaje de un 80% sobre la base reguladora para el cálculo.

A pesar de que los interlocutores sociales hubieran considerado el mecanismo de la jubilación forzosa como un elemento válido de flexibilidad externa, válido para reducir los costes empresariales, y la jurisprudencia comunitaria lo entendiera como una institución que se legitimaba para reducir el desempleo, en el contexto actual de crisis y ante la amenaza de de la viabilidad el sistema de Seguridad Social, el legislador español ha considerado prioritario establecer medidas para favorecer el mantenimiento del empleo de los trabajadores de más edad, fomentando así la prolongación de la vida laboral como objetivo compartido por la mayoría de los países de la Unión Europea.

En cuanto a la vigencia, la Ley 3/2012 de 6 de julio establece que la prohibición se aplicará a los convenios colectivos que se suscriban a partir de la entrada en vigor de la Ley (esto es a partir de hoy), pero también se prevé qué sucederá con los convenios que estén en estos momentos vigentes.

En estos casos, la disposición transitoria decimoquinta establece lo siguiente:

a) Cuando la finalización de la vigencia inicial pactada de dichos convenios se produzca después de la fecha de entrada en vigor de la Ley, la aplicación de esta prohibición tendrá lugar a partir de la fecha de la citada finalización.

b) Cuando la finalización de la vigencia inicial pactada de dichos convenios se hubiera producido antes de la entrada en vigor de la Ley, se producirá a partir de esta última fecha.

Es decir, la cláusula convencional que se encuentre vigente cuando entre en vigor la Reforma laboral se seguiría aplicando y, en cambio, no se va a poder aplicar la cláusula de jubilación forzosa de un convenio que haya perdido la vigencia a la entrada en vigor de la ley.

Independientemente que esta medida tenga un mayor o menor impacto en el sistema de pensiones públicas, e independientemente de la pugna entre el derecho a la negociación colectiva y el derecho individual de los trabajadores a decidir si quieren o no seguir trabajando al alcanzar una determinada edad, lo que sí podemos afirmar es que la desaparición de la jubilación forzosa contribuirá a eliminar la ambigüedad e inseguridad jurídica existentes cada vez que el trabajador combatía la decisión del empresario en los tribunales.

En efecto, hasta ahora cuando la decisión del empresario no era aceptada por el trabajador y éste acudía a los tribunales, los jueces de lo social en diversas ocasiones habían considerado la extinción como un despido improcedente, ante la falta de cumplimiento de las medidas de fomento de empleo exigidas, o incluso un despido nulo, por ser discriminatorio por razón de edad.



Toxo y Méndez denuncian que medidas anunciadas por Rajoy "hundirán a España"

"España está tocada y que las decisiones que pretende poner en marcha el Gobierno la van a hundir", ha dicho el secretario general de UGT, Cándido Médez. Los líderes sindicales han lamentado que el presidente Rajoy no haya mencionado el problema de la minería.

Los secretarios generales de CCOO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, han denunciado hoy que las medidas de ajuste anunciadas por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en el Congreso "hundirán a España".

En declaraciones a los periodistas al inicio de la manifestación en apoyo de la minería del carbón en Madrid, convocada por los sindicatos, Méndez ha señalado que "España está tocada y que las decisiones que pretende poner en marcha el Gobierno la van a hundir".

"Es un tratamiento de choque con más opciones de matar que de curar al paciente", ha dicho el líder de UGT, en medio del estruendo de los petardos, en la cabecera sindical situada tras la columna de mineros.

Los líderes sindicales han lamentado igualmente que Rajoy no haya mencionado el problema de la minería en su intervención en el Congreso.

Rajoy ha anunciado hoy más recortes y un aumento del IVA, para lograr, en dos años y medio, un ajuste de 65.000 millones de euros, en torno a 6,5 puntos del PIB.

Entre las medidas que se adoptarán de forma "inmediata", Rajoy ha anunciado una subida del tipo general del IVA del 18 al 21 %, así como del 8 al 10 % en el caso del tipo reducido.

El presidente del Gobierno ha señalado igualmente que los funcionarios públicos y altos cargos no cobrarán la paga extra de Navidad en 2012, pero que los empleados públicos la recuperarán como fondo de pensiones en 2015.



Las empresas del Ibex suben el sueldo a sus consejeros un 4,4% en plena crisis


Entre las empresas del Ibex 35 no hay crisis. Al menos así lo demuestra el 5% que aumentaron las retribuciones de los consejos de administración de las distintas compañías cotizadas y el 4,4% que creció el sueldo medio por consejero. Son datos difundidos por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en el informe anual de gobierno corporativo 2011 de las empresas del Ibex 35.

La retribución media por consejo se situó en 7,5 millones de euros el pasado año. Esto es, un 5% más que el año anterior. Es más, el sueldo medio por consejero fue de 522.000 euros, un 4,4% más que en 2010.

El dinero que se embolsaron los altos directivos de estas empresas cotizadas también subió el año pasado. En total, la retribución media de los miembros de la alta dirección ascendió a 777.000 euros, un 3,1% más que en 2010. Sólo descendió el número de directivos, pasando de 513 a 482 en un año. No obstante, los sueldos que cobra este sector sigue supondiendo un 2,6% de los resultados del ejercicio.

La CNMV justifica estas subidas salariales en el incremento de las retribuciones variables que experimentaron algunas compañías, «pese a la caída generalizada de resultados», lamenta el supervisor bursátil en un comunicado.

La presencia de las mujeres en los consejos de administración también aumentó. Se situó en un 12,1% frente al 10,6% de 2010. Sin embargo, el porcentaje medio de las mujeres ejecutivas volvió a descender, pasando del 3,8% en 2010 al 3,3% en 2011. En este sentido, la CNMV concluye que el 38% de las sociedades del Ibex no han cumplido las medidas recomendadas.



La Bolsa sube el 1,17 % tras el nuevo ajuste del Gobierno


La Bolsa española ha subido hoy el 1,17 % y ha recuperado los 6.800 puntos, después de que el Gobierno anunciará hoy nuevas medidas de ajuste como el alza del IVA, el recorte de la prestación por desempleo o la eliminación de la paga extra de Navidad de los funcionarios.

Así, con la prima de riesgo a la baja, en 530 puntos básicos, el principal selectivo de la Bolsa española, el IBEX 35, ha subido 79 puntos, el 1,17 %, hasta los 6.805,90 puntos, con lo que las pérdidas anuales se reducen al 20,55 %.

De los grandes valores, BBVA ha logrado una revalorización del 2,34 %, mientras que Iberdrola ha subido el 1,80 %; Santander, el 1,73 %; Telefónica, el 1,68 %; Repsol, el 1,42 %, e Inditex, el 1,08


Wall Street encadena cinco días a la baja tras las actas de la Fed


Las actas de la última reunión sobre política monetaria de la Reserva Federal de EE.UU., que no ofrecieron señales claras de mayores medidas de estímulo por parte del banco central, llevaron hoy a Wall Street a encadenar su quinta jornada consecutiva de números rojos.

El Dow Jones de Industriales, la principal referencia de los mercados de valores de Nueva York, cerró esta tercera sesión de la semana con un descenso del 0,38 % o 48,50 puntos para terminar en 12.604,53 unidades, con lo que se anota su racha bajista más prolongada desde mayo.

También descendió el índice compuesto del mercado Nasdaq (-0,49 %), mientras que el selectivo S&P 500 cerró plano ayudado por el sector energético, que ganó en su conjunto el 1,27 % gracias a la revalorización del 2,26 % que experimentó el crudo de Texas tras la caída de sus reservas en EE.UU. la semana pasada.

Sin embargo, la subida del sector energético no fue suficiente para empujar a las ganancias al Dow Jones, sobre el que pesó más la decepción con la que fueron recibidas entre los inversores las actas de la cita que el Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal del pasado 20 de junio.

Wall Street, que navegó sin rumbo durante la jornada, se tiñó de rojo al conocerse, dos horas antes de su cierre, el recelo de una parte de los miembros de ese Comité a emprender una nueva ronda de compra de bonos del Tesoro, el llamado "QE3".

"Algunos miembros apuntaron al riesgo de que la continua compra de títulos del Tesoro a más largo plazo pueda, en algún momento, llevar a un deterioro del funcionamiento del mercado de bonos estadounidenses", revelaron las actas.

Así se apagaron las esperanzas entre algunos inversores sobre la posibilidad de que el banco central estadounidense emprenda nuevas medidas de estímulo monetario, más allá de la ya anunciada prolongación de la "Operación Twist" en 267.000 millones de dólares hasta finales de año.

La publicación de esas actas centró las miradas en Wall Street, que apenas se dejó influir por los datos macroeconómicos difundidos en EE.UU., entre los que destacó el aumento del 0,3 % de los inventarios de los mayoristas en mayo y la reducción del déficit comercial del país del 3,8 % de abril a mayo, hasta 48.684 millones de dólares.

Tampoco tuvieron gran repercusión sobre el parqué neoyorquino las noticias procedentes del Viejo Continente, en concreto los planes desvelados por el Ejecutivo español para recortar otros 65.000 millones de euros (unos 79.000 millones de dólares) en los próximos dos años y medio con el objetivo de dejar el déficit en los niveles exigidos por la Unión Europea.

El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, anunció la subida del tipo general del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) del 18 al 21 % y del 8 al 10 % en el caso del tipo reducido, así como la reducción de la prestación por desempleo, la supresión de la deducción por vivienda y la eliminación de una paga extra a los funcionarios, entre otras medidas.

Esa noticia sí que logró que la bolsa de Madrid subiera el 1,17 % esta sesión, aunque sus ganancias no fueron secundadas por la mayoría de plazas europeas: Fráncfort ganó el 0,24 % y Londres un marginal 0,01 %, mientras que París bajó el 0,57 % y Milán el 0,05 %.

En el ámbito empresarial de Wall Street la protagonista fue la operadora de televisión por satélite DirecTV, que bajó el 1,11 % después de que sus casi 20 millones de usuarios en EEUU se quedaran sin 26 canales del grupo Viacom (-0,28 %) a raíz de la guerra de tarifas que mantienen desde hace semanas.

Los inversores también están pendientes de la temporada de resultados, que arrancó el pasado lunes con las cuentas del productor de aluminio Alcoa y continuará este viernes de la mano de los bancos JPMorgan Chase y Wells Fargo, que cerraron con sendos ascensos del 0,99 % y el 0,91 %.



El Nikkei cae 130,99 puntos, el 1,48 por ciento, hasta 8.720,01 puntos

El índice Nikkei de la Bolsa de Tokio cerró hoy con un descenso de 130,99 puntos, el 1,48 por ciento, y quedó en 8.720,01 unidades.

El índice Topix, que agrupa a todos los valores de la primera sección, cayó 9,80 puntos, un 1,29 por ciento, hasta 747,49 enteros.

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